La genealogía judía y su relación con Zamora fue el hilo conductor de la conferencia de Iztjak Benabraham, una de las aportaciones más interesantes de la jornada. Benabraham, director del Centro Moisés de León, ofreció datos que llevan a una conclusión firme, la importancia de Zamora en ese país imaginario llamado Sefarad.

-¿Cuáles son las funciones del Centro de documentación y estudios Moisés de León?

-Nuestro centro es una entidad dedicada a la investigación y el estudio de la historia del mundo sefardí desde el punto de vista de la divulgación. No buscamos datos donde no los hay: en Zamora hace falta mucho estudio para sacar todo lo judío que existe. Lo que hacemos es estudiar esas obras que son de muy difícil acceso al público general. Extraemos datos que puedan interesar sin realizar ningún tipo de investigación y los preservamos para que perduren.

-¿Cuál ha sido la principal utilidad práctica del trabajo de la institución en estos años?

-Poner a disposición de la gente esa información. Una persona de Costa Rica nos escribió agradeciéndonos que había encontrado en nuestro archivo los datos de su bisabuelo en el cementerio de Tetuán. Todas las tumbas de la ciudad marroquí que se pueden leer y obtener un nombre, un lugar y una fecha, las subimos a la página www.serfardíes.es.

-Dice que hay mucho que investigar en Zamora, ¿qué conclusiones han obtenido hasta la fecha de la información que ha salido a la luz?

-La conexión de Zamora con el judaísmo es más importante de lo que la mayoría de la gente piensa. Cuando hablamos de judíos o de sefardíes, todo el mundo piensa en Toledo, Ávila, León, Girona o Córdoba? ¿Y Zamora qué? Zamora fue tanto o más importante que muchas de las ciudades anteriores. Los datos obtenidos del cobro de impuestos sitúan la aljama zamorana por encima de otras como León, Burgos o Toledo.

-Esa es la idea que defiende este congreso desde su fundación. En cambio, todavía hay muchos escépticos que no creen en ello? ¿Es menos importante Zamora por el hecho de no albergar vestigios materiales de la presencia hebrea?

-Debemos partir de la base de que, cuando hablamos de judío o sefardí, en el tiempo del que hablamos, hasta la expulsión, no tenía necesidad de dejar vestigios materiales. En Zamora no se conoce aún, pero en Aragón hay muchas casas cuya entrada -la pared de la derecha- se dejaba sin terminar para transmitir que ahí no se terminaba el mundo, que igual tenían que salir e ir a otro sitio a continuar su vida.

-Ha hablado de la genealogía hebrea en su conferencia y ha mencionado el propio nombre "Zamora". Aquí nació, precisamente, el filósofo Alfonso de Zamora, cuya traducción de la Biblia del hebreo al latín fue clave para la difusión de su contenido en Europa. ¿Es frecuente este apellido?

-Es muy curioso que no solo el apellido Zamora es representativo. Desde el Centro de Documentación hemos expedido tres certificados para poder acceder a la nacionalidad española como judíos descendientes de sefardíes que nos habían solicitado desde Venezuela bajo el apellido Zamora. También tenemos el caso de sefardíes que habían habitado alguna vez en esta ciudad y que fueron asesinados durante la "shoah", el Holocausto. Quinientos años después seguía habiendo judíos que llevaban el nombre de Zamora por el mundo y que, por el hecho de apellidarse "Zamorani" en este caso, les consideraban judíos y fueron asesinados. Es importantísimo saberlo.

-Ha hecho una reflexión interesante en el final de su intervención. "La "shoah" no nos pilla lejos". ¿Puede explicarlo?

-La conexión que tenemos de gente que vivió en su momento en Zamora y sus descendientes seguían portando ese apellido, esa historia, esa cultura, ese amor? Los judíos que fueron expulsados de España nunca sintieron odio hacia este país, sino amor y ganas de volver?

-Y de hecho, siempre se habla de que los judíos expulsados se llevaron consigo la llave de su casa porque estaban seguros de un pronto regreso?

-Se llevaron todo lo que podían o les dejaban. Y la llave también.

-En León se organizan unas jornadas anuales sobre la cultura judía. En Zamora este congreso cumple ya cuatro ediciones. ¿Qué importancia concede a este tipo de iniciativas?

-No ya como judío, sino como español pienso que nuestra cultura es importantísima. Es necesario conocer nuestras raíces y una parte del pueblo que ahora se lleva España y que vivió en este territorio durante 1.500 años es lo suficientemente importante para que sepamos quiénes eran y cómo vivían.

-El Centro Campantón, organizador de este congreso, carece de una sede física y permanente, ¿cree que Zamora puede aspirar a un centro que profundice la cultura hebrea?

-Una sede es muy importante, pero tiene que ver con los presupuestos, el dinero, y eso es cosa distinta. Dinero y política van juntos. Si nos piden nuestra opinión, diremos que sí. De cualquier modo, nuestro centro está abierto a los zamoranos para cualquier consulta. Siempre contestamos.