Montserrat Martí Caballé participa en "La noche de las velas" esta noche, a las 22.00 horas, en el claustro del Seminario San Atilano.

-¿Cómo surge su actuación en la capital?

-Todo ha sido gracias al barítono Luis Santana quien conoce a mi prima Isabel Caballé que es la directora del festival de canto que lleva el nombre de mi madre. Me propuso compartir escenario con él y me pareció un concierto interesante. Además contamos con un gran pianista Antonio López, que está muy acostumbrado a acompañar a cantantes.

-¿Qué repertorio van a interpretar?

-Lo hemos consesuando entre Luis Santana y yo. Un poco de canción italiana, desde Donizetti hasta Rossini, de canción española y un poco de zarzuela. Será un concierto muy variado para llegar a todos los públicos. Tenemos que tener en cuenta que el público viene a relajarse y quiere escuchar piezas que le sean conocidas.

-Son obras muy diferentes pero personalmente ¿qué prefiere?

-Depende de la tesitura que sea adecuada para las características de una. Eso lo he aprendido de mi madre que además de su don natural supo elegir en su crecimiento vocal, el papel adecuado. Muchas veces te ofrecen un papel y en tu casa parece que puedes con él, pero tras un mes de ensayos y representarlo puede que no sea bueno para tus cuerdas.

-Y ¿en qué momento se encuentra usted?

-La voz varía con la edad. En el caso de las mujeres los embarazos también te hacen cambiar. En mi caso tras el nacimiento de mi hija he tenido un crecimiento vocal pero hay veces que sucede lo contrario... luego hay fenómenos como mi madre que cantó embarazada de mí hasta los ocho meses y con mi hermano hasta los seis. Ahora yo me encuentro muy cómoda con lo que hago y no me hago daño. Creo que he conseguido saber administrarme.

-Desde su punto de vista ¿qué situación vive la ópera en este país?

-No corren buenos tiempos, para nada. Se ha notado mucho la crisis primero con cancelaciones y luego con suspensiones. Lo ha notado todo el mundo, desde primerísimas figuras que han tenido que rebajar mucho su caché y que han investigado en otros campos como el jazz, por ejemplo.

-Su familia también ha sufrido un revés con la sus pensión del Concurso de Canto Montserrat Caballé de Zaragoza.

-Nos enteramos por El Heraldo de Aragón. Ha habido un cambio en el gobierno municipal, ahora en manos de Podemos, que piensa que no tenía una repercusión internacional y no tenían presupuesto, que puede ser, pese a que mi madre imparte masterclass gratuitas durante una semana aunque sí es verdad que trae un jurado de fuera y hay una remuneración de premios. Además como había sido una persona investigada por Hacienda, no estaban de acuerdo. Como nos lo han comunicado con tal poco tiempo y tal y como está todo encontrar un patrocinador resulta complicado. Parece que una persona de Italia estaría interesada. En este país hasta que no te mueres no te valoran, pero no hay que llegar a este extremo. Mi madre en vida transmite sus conocimientos y creo que en cualquier país de Europa donde inculcan los conocimientos musicales desde pequeños, se volverían locos...Esperemos que se arregle todo.

-Tras Zamora le aguarda...

-Tengo un concierto en un pueblo de Teruel, recitales en Alemania y luego en Canadá. También estoy haciendo "opera in the house" porque hacemos, por ejemplo, La Traviata a piano sin coro y con el barítono, el tenor, la soprano y un narrador. Tengo más trabajo fuera que en España.

-Usted pisó un escenario estando en el vientre de su madre, pero ¿en qué momento decide que quiere dedicarse al canto?

-Yo iba para bailarina de clásico. Con 12 años le pedí a mi madre que me mandara a estudiar ballet a Rusia, entonces en pleno comunismo, pero ella no quiso. Con 16 años, estando en Pekín coincidimos con Maya Plisetskaya, que venía a Madrid a dirigir el Ballet Lírico Nacional. Ella le dijo que yo caminaba como una bailarina, mi madre le comentó que yo quería bailar, que no me había dejado y ella le dijo que quería hacerme una audición, finalmente me cogieron en la escuela. Luego me rompí un abductor y en el impás de mi recuperación, que coincidió con la época de mi madre y Freddie Mercury y escuchaba el disco de "Barcelona" en la ducha, le comentaron a mi tío que yo tenía una buena voz. Él me hizo una prueba, me preguntó si quería dedicarme a la canción y yo le dije que me iba a servir si tenía que hacer un musical. Nunca pensé en la ópera. Empecé a estudiar con Isabel Penagos en Madrid en secreto. Al cabo de ocho meses mi tío les dijo a mis padres que tenían que escuchar a una chica y estaba yo cantando, se emocionaron mucho. Mi madre me preguntó que si me gustaba y le dije que me gustaba el escenario y...hasta hoy.

-¿Qué tiene estar sobre el escenario?

-Se pasa mucho miedo, pero es un reto controlarlo. Hay que tener la cabeza fría sin ser frío de sentimiento.

-La música está desterrada en el sistema educativo. Como madre y como soprano, ¿qué opina?

-Mi hija a su alrededor tiene muchas manifestaciones artísticas, pero el hecho de que no se imparta música, que se relegue, me disgusta porque es una opción interesante. La música son matemáticas acompañadas de melodía. Para mí es vida, es como respirar la escucho desde pequeña con mi madre. Me gusta que me asocien con mi madre porque significa que se acuerdan de ella, lo que me da felicidad porque ella ha hecho y hace muy feliz a mucha gente.