Hace siglos, cuando fallecía un personaje relevante de la ciudad, la Catedral se engalanaba para ofrecer un homenaje fúnebre a la altura de la dignidad de la persona. El ceremonial respondía a una serie de actos encadenados que servían para decir el último adiós a quien abandonaba el mundo de los vivos. Aquellas celebraciones tenían un componente musical notable -como el de otro tipo de actos religiosos de la época- maestros como Juan García de Salazar se encargaron de poner por escrito. En los preparativos para la cuarta edición del festival Domo Musical, que tendrá lugar en el habitual mes de julio, ya se sabe que habrá una sorpresa, un espectáculo central. Será uno de aquellos oficios de difuntos que reunían a nuestros antepasados? y el muerto, el fallecido, será quizá el más célebre de todos los personajes hasta la fecha: el propio Jesús, Jesús Yacente.

El trabajo es novedoso, pero no es la primera vez que se lleva a cabo un programa musical similar. En el año 2010, el Festival Pórtico de Zamora llevó la iglesia de San Cipriano varios siglos atrás en el tiempo para vivir uno de aquellos ceremoniales del Domingo de Ramos. Entonces, como lo hará ahora, el conjunto La Grande Chapelle se encargó, no solo de exhumar las antiguas partituras de Salazar y de quitarles el polvo para darles vida de nuevo. Los músicos se reencarnaron en antiguos clérigos y, palma en mano, celebraron una corta procesión por la nave de San Cipriano para interpretar un bello oficio que quedaría registrado meses más tarde en el auditorio Miguel Delibes un disco bautizado "In Dominica Palmarum".

Siguiendo aquel patrón, el director de La Grande Chapelle, el musicólogo Albert Recassens, ha incluido entre sus últimos proyectos la recuperación de uno de aquellos oficios de difuntos que dan lugar a fascinantes especulaciones. Al celebrarse el festival Domo Musical en el interior de la Catedral -el principal objetivo del cabildo es la divulgación de la historia del Templo Mayor de Zamora- cabe preguntarse qué espacios serán elegidos para la representación o si Jesús Yacente será llevado a hombros por las naves de la Seo. La ocasión se presume ideal para algunos de los elementos de estos ritos, como la administración del viático y las sonoridades asociadas a este momento. Lo descubriremos el próximo 23 de julio, sábado, en la oscuridad de la noche.

Lo que sí parece claro que es que habrá dos protagonistas: la música antigua, interpretada por un conjunto de carácter internacional, y el propio Yacente, que pondrá así el broche de oro a la conmemoración del 75 aniversario de la fundación de la hermandad. Cabe recordar que la hermandad ha ido acumulando durante el año distintos momentos destacados, como la muestra "Yacens" en la iglesia de Santa María la Nueva o la grabación de un documental que resume la trayectoria de una de las cofradías que mejor explica la Semana Santa de Zamora.

Salvo que haya más sorpresas, el oficio de difuntos en la Catedral parece el argumento estrella de un programa musical que suele presentarse a principios del mes de julio y que incluirá otro par de conciertos, a tenor del patrón empleado en las tres ediciones anteriores. Queda claro igualmente que la apuesta del cabildo por difundir los valores del templo del Salvador a través de la música en distintos rincones del edificio religioso es firme y tendrá continuidad, un fenómeno aupado por los valores del Pórtico de Zamora, cuyo director, Alberto Martín, ha proyectado la marca del ciclo internacional en Domo Musical, que ha conseguido llenar los espacios elegidos para cada actuación en la mayor parte de las propuestas. Las actuaciones de figuras y grupos como Raquel Andueza, Schola Antiqva, Nicholas Mulroy o Eduardo López Banzo a lo largo de la pequeña historia del festival han contribuido a asociar una nueva alternativa cultural y de ocio a la ciudad para el mes de julio.