Un total de 4.197 alumnos de colegios de la capital, de 3º de Educación Infantil; de 2º, 4º, 5º y 6º de Primaria; y 1º de la ESO, recibieron formación hasta junio de educación vial, impartida por agentes de la Policía Municipal desde hace más de dos décadas. Esta iniciativa, que implicó este curso a 33 centros de enseñanza de la ciudad de Zamora, constituye una herramienta a largo plazo que "permite a los escolares adquirir modelos de comportamiento y actitudes adecuadas que más adelante podrán en práctica" según su condición de usuario, se explica en la memoria de la actividad.

De la concienciación de los más pequeños y los adolescentes en la necesidad de circular con responsabilidad y respetando las normas depende la mejora de la seguridad vial. El Ayuntamiento tiene la absoluta certeza de que, además, son "los perfectos correctores de sus padres", declara el concejal de Seguridad Ciudadana del equipo de Gobierno municipal IU-PSOE, Antidio Fagúndez, quien destaca la importante labor preventiva que lleva a cabo la Policía Municipal en cada curso escolar. Dado que los niños de entre 5 y 17 años son "uno de los principales grupos de riesgo", según un estudio de la Unión Europea, esta formación tiene una gran utilidad para prevenir siniestros, tanto en tiempo real, por esa capacidad de influencia sobre las conductas de los progenitores o de cualquier adulto con el que viajan los menores, como en un futuro, cuando sean ellos quienes puedan ponerse al volante.

Los cursos inciden sobre la prevención cuando los menores de edad circulan como peatones, especialmente entre niños de 5 y a 14 años. Los accidentes aumentan progresivamente, sobre todo, a partir de los 14 años, cuando se ven implicados como conductores de bicicletas o ciclomotores. El incremento de la práctica del ciclismo entre los menores ha tenido una repercusión directa de estos en los accidentes de circulación.

Mayor fue el aumento en el caso de los usuarios de ciclomotores, especialmente entre los conductores de entre 15 y 20 años, el colectivo con un mayor número de víctimas.

La educación vial en las escuelas pretenden "instruirlos vialmente y, a la vez, buscar un cambio de actitud que los haga más seguros a la hora de tomar decisiones cuando circulan como peatones, pasajeros o conductores, respetando al resto de usuarios de la vía pública y del medio ambiente".

Este curso la formación se extendió a los estudiantes del Grado Medio de Carrocería y Superior de Automoción del Instituto Río Duero, grupos de garantía social y ciclos formativos del centro de Menesianos de Zamora Joven, así como a alumnos del colegio Virgen del Castillo.

A los más pequeños, de cinco años, los agentes les hicieron partícipes de las decisiones que tienen que tomar aunque vayan acompañados por adultos cuando se desplazan, bien como peatones, bien como pasajeros de vehículos. En 2º de la ESO, el alumno, en su rol de peatón y pasajero dependiente de un adulto recibe formación con un vídeo y explicaciones en la vía pública sobre cómo circular por la acera, especialmente a las salidas de los garajes; los peligros del juego en la calzada o los itinerarios de casa al colegio, con cruces de calles e interpretación de las señales e indicaciones de los agentes. El comportamiento como pasajeros, en coche o autobús forma parte del aprendizaje. Los alumnos de mayor edad, a partir de 4º de la ESO, peatones autónomos deben aprender comportamientos responsables. En 6º, se introducen ya nociones sobre cómo circular en bicicleta para que los chicos sean conscientes de los riesgos y responsabilidades que asumen. Estos alumnos pasan a la pista de Educación Vial del parque de El Tránsito, donde hacen prácticas con karts, en las que se simulan situaciones reales en las que se producen accidentes, como en los cruces con semáforos o las señales de ceda el paso y stop. En la nueva pista existen otras señales de prohibición y obligación.

La formación de 1º de la ESO añade pistas con más señalizaciones horizontales que cambian, lo que exige una mayor atención al alumno. Conocer las normas, el respeto a los demás y la seguridad son los tres conceptos claves.

Pero son los alumnos de cliclos de grado superior y bachillerato, con edad superior a los 16 y capacidad para poder conducir ciclomotores, los que participan en actividades más reflexivas, profundizan más en las causas de los accidentes, efectos del consumo de alcohol y estupefacientes a la hora de conducir y consecuencias personales, legales y sociales después de ocurrido el accidente en el que pueden verse implicados como conductores.

Los escolares del colegio Virgen del Castillo, por su discapacidad, participan de una enseñanza más elemental, dirigida fundamentalmente a la identificación de riesgos para la circulación vial, con una muestra de soluciones desde el juego con ellos. Los que tienen mayor autonomía también conducen karts.