La educación emocional "ha llegado para quedarse" y se ha convertido en una materia que, poco a poco, se está haciendo un hueco tanto en las aulas, incrementando su trascendencia, como en los hogares. "No es una moda pasajera, porque se ha comprobado la importancia que tiene", señala Belén López, presidenta de la asociación Disfam Zamora, encargada de atender a niños con problemas de dislexia.

La principal misión de la educación emocional radica en enseñar a los menores a autogestionar sus sentimientos. "Se trata de darles herramientas para que sean capaces de gestionar sus emociones, los conflictos que puedan tener entre ellos, de mayor o menor calado", explica López. Poder realizar ellos mismos estas pequeñas misiones "hace que se sientan satisfechos si son capaces de conciliar esas dificultades que se les presentan. La cuestión está en que ellos sepan resolver, a eso va enfocado la educación emocional", resume la presidenta de Disfam Zamora.

En este sentido, el primer paso para enseñar educación emociona es "estar bien con uno mismo, si no, es imposible que el niño esté bien", apunta López. "Para empezar, no se puede focalizar sus posibles dificultades de aprendizaje en el profesor o en el colegio", subraya. Para ello, considera que es "primordial" que cada uno sepa cuál es su rol. "Ni los profesores pueden hacer de padres ni los progenitores deben tomar el papel de los docentes", diferencia. "A partir de ahí, seremos capaces, desde nuestro saber estar, trasmitirle al alumno o al hijo unas herramientas para que sea capaz de gestionar sus emociones. Ante cualquier dificultad o enfrentamiento entre niños, hay que decirles que ellos mismos son quienes tienen que solucionarlos, con sus propias armas, porque los mayores no vamos a estar con ellos toda la vida para ayudarles en sus problemas, no vamos a estar de la mano siempre con ellos", recalca.

También los padres

El salón de actos del Campus Viriato acogió ayer por la tarde una conferencia sobre educación emocional, impartida por las expertas Manuela Romera y Pilar Nogales, bajo el título "Sentir en familia" y con el lema de "Cambia tú y cambiará tu hijo", donde explicaron cómo poner en práctica otro tipo de educación que da los mejores resultados. Tras sendas ponencias dedicadas durante este curso tanto a profesores como a estudiantes de Magisterio del campus zamorano, ayer fue la hora de los padres, que también tienen un papel fundamental en el desarrollo de la educación emocional de sus hijos.

La asociación sobre dislexia Disfam Zamora fue la encargada de organizar este encuentro, que contó con la colaboración de la Universidad de Salamanca, el colectivo Creciendo Juntos y la ayuda de la Fundación Caja Rural.