"Uno de los principios tributarios básicos es el de capacidad de pago, según el cual el contribuyente paga impuestos en función de su capacidad de generar rendimientos", es decir, según sus ingresos. "Sin embargo, dicha capacidad de pago puede verse alterada por el fenómeno de la inflación", aseguran los impulsores del estudio.

"Para corregir este efecto, el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas contempla la deflactación de las tarifas del IRPF", es decir, que el impuesto en cuestión baje en la misma proporción que sube el coste de la vida. "Pese a este mandato legal, la Agencia Tributaria no ha aplicado estas correcciones desde 2008, salvo en el caso de las Haciendas de Navarra y País Vasco", algo que los firmantes del informe consideran una "trampa".

En el caso concreto de Castilla y León el tipo medio nominal del IRPF sin deflactar el efecto del IPC es del 23,99 según el informe, cuando en realidad tendría que ser del 23,15, casi un punto menos. "La inflación no deja de ser un impuesto "en la sombra" que, además, afecta de manera asimétrica y regresiva a los contribuyentes. Los grupos de edad más jóvenes sufren su incidencia de manera más significativa".