Luis González, el presidente del gremio organizador valora el desarrollo de la Feria.

-La XXXI edición de la Feria del Libro ha cerrado sus puertas ¿con qué resultado?

-Los días laborales han sido flojos, pero el viernes tarde, el sábado y el domingo ha repuntado la venta con lo que podemos irnos contentos porque hemos conseguido poner en la calle una Feria del Libro más, puesto que es muy laboriosa de montar. Salir a la calle nos genera un trabajo y no siempre se cubren gastos pero lo tenemos que hacer porque la Asociación se creó para luchar por el libro y por que sean los libreros de Zamora los que vendan los libros. Los libreros luchamos constantemente para que el libro siga vivo.

-¿El público ha asistido a las presentaciones?

-Más que en años anteriores porque participaban autores interesantes vinculados con Zamora, lo que anima a la gente a asistir. Además, ha venido gente a los conciertos programados. Los zamoranos han apoyado más la Feria del Libro.

-Quien compra en las casetas es...

-Una persona entre 28 y 55 años. Han pasado muchas parejas con niños con la costumbre de adquirir un cuento para cada niño y un libro para ellos con un gasto medio de unos 30 euros. También se han comprado muchos libros de bolsillo e incluso algún turista ha adquirido libros sobre Zamora.

-La Feria contaba con la novedad de las tapas relacionadas con la literatura en más de una docena de establecimientos. ¿Qué tal han funcionado?

-La tapa de la Feria del Libro ha funcionado bien, han gustado mucho, y queremos ampliarla.

-¿De qué manera?

-Queremos que sean más establecimientos los que se sumen e intentar que con la tapa y la consumición el cliente se pueda llevar un libro. Tenemos que darle muchas vueltas a la idea y buscar patrocinios pero queremos que con por un precio módico el consumidor pueda tener su tapa, su consumición y libros.

-Han programado algunos conciertos ¿seguirán en esa línea?

-Sí porque es una manera de animar la feria. Intentaremos el próximo año contar con una propuesta musical para cada día.

-La ubicación de las casetas siempre genera controversias. ¿Seguirán en la plaza de Viriato?

-Depende a la decisión de los libreros. Mi intención es que sí por ya se relaciona la Feria del Libro con Viriato.

-¿Qué planteamientos barajan para la cita de 2016?

-Queremos poner en marcha una especie de cafés coloquios para que el público no solo vaya a ver a un autor, sino que pueda hablar e intercambiar impresiones con él sobre su obra de una manera más distendida, algo que sucede una vez que han concluido las presentaciones.