Zamora era zona de frontera entre suevos y visigodos entre los siglos V y VI, no se sabe si en una línea de confrontación o de convivencia comercial, aunque seguramente esto último. Los restos de cerámica encontrados en yacimientos como el de El Castillón son fundamentales para saber qué tipo de alimentación tenían sus pobladores, qué clase de materias almacenaban, si había clases sociales diferenciadas e incluso barruntar cómo se despobló. Eran algunas de las apreciaciones comentadas ayer por José Carlos Sastre, de la Asociación Zamora Protohistórica, en la presentación del Congreso Internacional de Cerámicas Altomedievales en Hispania y su entorno entre los siglos V y VIII, organizado también por la Universidad de Salamanca, representada en el acto de presentación por la directora de la Escuela Politécnica Superior, Yolanda Gutiérrez.

El Congreso, que comienza hoy en el Campus Viriato contará con la presencia de 120 investigadores procedentes de toda España, Portugal, Italia, Francia y Siria.

Sastre indicó que "la idea principal ha sido recopilar los trabajos que se están haciendo sobre las cerámicas altomedievales, un trabajo poco tratado en la actualidad". Y de ahí la necesidad de convocar un congreso sobre el particular que analizara el ingente trabajo que se está llevando a cabo en distintos yacimientos.

En el Congreso se presentarán 40 comunicaciones y siete pósters, entre los que destaca el trabajo sobre Qubbet El-Hawa, en Asuán y otras que englobarán la totalidad de los estudios de la Península Ibérica entre los siglos V al VIII y se analizarán algunos de los hallazgos principales de yacimientos como los de Las Lagunillas (Valladolid), Las Cordoneras (Palencia), Los Secadales (Ávila), Palazuelos-Alto Dehesa (Segovia), El Castillón (Zamora), la Casa Calderón (Valladolid), Alto de los Casares (Soria), Camino de Santa Juana (Madrid), Ermita de Santiago (Valdemoro, Madrid), la Vega Baja de Toledo, Carranque (Toledo), Recópolis (Guadalajara), Alameda de Señorío (Toledo), Castelo de Vide (Portugal), Serra de Carnaxide (Portugal), Sao Martinho de Dume (Portugal), la cueva de Riocueva (Cantabria), Argandenes (Asturias), el despoblado de Zornoztegi (Álava), el Tolmo de Minateda (Albacete), Placa Major de Castellar del Vallés (Barcelona), las necrópolis de Cascais (Portugal), el mausoleo de Alpuérbrega (Toledo) o San Fructuoso de Montelios (Portugal), entre otros.

La Asociación Zamora Protohistórica va a presentar los resultados de los ocho años de excavación que se han llevado a cabo en el yacimiento zamorano de El Castillón. "La cerámica nos aporta muchos factores. Nos permite conocer cómo era el día a día de la población a través de la cerámica de cocina. La vajilla de lujo nos ofrece la posibilidad de detectar la presencia de ciertas élites en algunos poblados y su importancia, la economía que tienen". Las cerámicas de almacenamiento permiten conocer qué tipo de productos se guardaban. En algunos casos han aparecido incluso semillas de trigo en su interior. "Las semillas ahora mismo están en análisis, en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas", señaló Sastre.

El estudioso indicó que al lado este del Esla estaba la población sueva y al oeste la visigoda, "pero no debemos entender que fueran poblaciones separadas, sino que estarían en contacto muchas de ellas. Era una zona de frontera, pero creemos que también era una zona de comunicación, de comercio".