Una gran ovación. Esa fue la reacción que ayer tuvieron los aficionados zamoranos al conocer los carteles que este año componen la feria taurina de San Pedro, que estará compuesta por dos corridas de toros, una de rejones y un concurso de cortes. Será precisamente este último espectáculo el que abra la feria el domingo día 19. Los festejos mayores comenzarán una semana más tarde. El sábado 25, con toros de la afamada ganadería de Alcurrucén, comparecerán en Zamora tres máximas figuras del escalafón taurino: Enrique Ponce, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera, que ya pasó por Zamora durante el ciclo taurino de la temporada pasada.

La siguiente cita de los aficionados será ese mismo fin de semana, el domingo 26. Será el turno para el rejoneo con la presencia de Rui Fernandes, Diego Ventura y Leonardo Hernández, que se las verán con toros de Conde de Cabral. La feria hará un parón durante lunes y martes para volver el día de San Pedro, miércoles 29, con la ya anunciada presencia del todavía novillero francés Clemente, que tomará la alternativa en la plaza de Zamora. Será su padrino Cayetano Rivera, siendo la primera vez que ocupa tal lugar de responsabilidad. El testigo, segundo en el cartel, será López Simón y los toros serán de Sánchez Arjona.

Los carteles se dieron a conocer ayer en un acto organizado por la empresa Circuitos Taurinos en el paraninfo del Colegio Universitario. El evento contó con la presencia de Clemente y de Cayetano, que despertó enorme expectación entre los aficionados de la capital. Aunque el torero andaluz retrasó su llegada e hizo acto de presencia treinta minutos más tarde de la hora prevista, los aficionados esperaron impacientes -muchos de ellos fuera del recinto para hacerse fotos con el famoso matador, que ahora encara su segunda etapa en los ruedos "con mucha responsabilidad y con gran ilusión"-.

Durante el pregón, el periodista Julio Cayón hizo una defensa a ultranza de las corridas de toros como "una de las bellas artes" y "parte inseparable de la historia de España y de Zamora, donde ya se corrían toros por las calles en el siglo XI". Cayón quiso subrayar ante el público la "vida de libertad del toro bravo, la misma vida que se niega a los de su especie", y defendió el toreo como "arte total e inimitable". El pregonero llamó a los aficionados a "aguantar con coraje los vientos desfavorables que ahora soplan" y pidió a los responsables públicos "que se involucren, que no tengan complejos para defender la fiesta". Cayón fue también enormemente crítico con el tratamiento mediático a la información taurina, que está "desaparecida o muy venida a menos en los medios de comunicación" salvo que "en la plaza sucedan hechos dramáticos, que se exhiben con profusión. Es una pena, un desprecio a los profesionales y a los miles de aficionados al arte de la tauromaquia", apostilló.