"Cinco colonos marroquíes propinaron una brutal paliza a mi hijo. Recibió golpes y pedradas en el pecho y en los brazos. Luego, le clavaron unas tijeras en el cuello". Takbar Haddi relata los hechos sucedidos el 31 de enero de 2015 en El Aaiún. La víctima, su hijo Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, falleció ocho días después a causa de las heridas y las sucesivas negligencias médicas, según la versión de la familia. Desde hace casi un año, Takbar protesta cada día frente a la Delegación del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria. Ahora, ha emprendido una ruta por diferentes ayuntamientos de España para recabar apoyos. Una ruta que ayer le llevó hasta Zamora.

"Pido justicia. Pido una investigación independiente que aclare los hechos y también pido el cuerpo de mi hijo para poder practicarle una autopsia y que se abra un proceso judicial contra los culpables". Takbar asegura que todo el proceso que ha sufrido su hijo y su familia es cotidiano en el Sáhara desde hace cuarenta años. "A mi hijo le cosieron la herida del cuello sin evaluación y sin anestesia. Luego le encarcelaron y le dieron palizas hasta que perdía el conocimiento. Entonces lo llevaban al hospital, se recuperaba y volvía a la prisión. Hasta la muerte", afirma.

Médicos, policía, ministerios... "Todos ellos, marroquíes, se cubren entre ellos para actuar con impunidad contra el pueblo saharaui. Fue mi hijo, pero puede ser el de cualquiera. Es una auténtica violación de los derechos humanos que se repite día tras día. Y todo comenzó con los acuerdos tripartitos entre España, Marruecos y Mauritania hace cuarenta años", afirma.

La rebeldía de Takbar Haddi "contra la impunidad" está canalizando en la creación de un proyecto internacional bajo su nombre en defensa de los derechos humanos, al que la provincia podría adherirse a través de la Asociación Zamora con el Sáhara.