El sector del tabaco se une para reivindicar sus derechos y luchar por un futuro para este grupo que aporta más de 10.000 millones al Estado. Desde la presidencia de la Plataforma del Tabaco, Lucas Fernández invita a los estanqueros zamoranos a unirse.

-¿Por qué han visto que es ahora el momento de unirse todos los actores del sector del tabaco para defender sus intereses?

-Esta industria es la quinta fuente de financiación del Estado, recaudando 9.300 millones de euros en impuestos y otros mil más en valor añadido bruto. Desde 2005, el sector viene sufriendo las consecuencias de las leyes antitabaco y ha habido un descenso paulatino de las ventas, pero nos hemos ido adaptando. El problema está en las amenazas en forma de leyes que se han multiplicado en este tiempo. Son temas regulatorios que van asfixiando poco a poco y estrangulando a este sector.

-¿Con qué otras amenazas tiene que lidiar?

-El incremento del contrabando es muy preocupante, porque ya supone el 12% de las ventas de tabaco, lo que implica una pérdida de recaudación fiscal de mil millones de euros para el Estado español. Aparte de eso, está provocando, sobre todo en el sur de España, el cierre de muchísimos estancos porque no pueden competir.

-¿Dónde se nota más este problema?

-Aunque el contrabando está en toda España, el mercado principal es Gibraltar y en la provincia de Cádiz el 40% de los estancos ya han cerrado. Es un drama que se lleva sufriendo tiempo y a nivel nacional es una espada de Damocles que tenemos.

-¿Cómo les están afectando las leyes en este tiempo?

-En estos últimos dos meses, fruto de una interpretación de la norma por parte del comisionado, que es el órgano regulador, ha empezado a incoar expedientes que implican una infracción muy grave para expendedurías y la multa es de 120.000 euros. De esos expedientes ya hay notificados cerca de setenta a nivel nacional, lo que está provocando, aparte del drama para los ya sancionados, que puedan cerrarse en España otros 200 o 300 estancos. El problema iba a ser muy grave, primero por el drama social, pero al ser una industria absolutamente interrelacionada, si cierran estancos, los proveedores se van a resentir, va a haber menos recaudación de impuestos, un incremento de prestaciones por desempleo y, lo más grave, puntos de suministro que cierran. El desabastecimiento es el caldo de cultivo para que el contrabando aumente porque las mafias están encantadas de absorber esas carencias.

-¿A qué se refieren esos expedientes sancionadores?

-Casi todos los operadores de vending y algunos estancos que también gestionaban máquinas firmaban contratos de cesión de información de ventas con los fabricantes, que según el comisionado son perfectamente legales, porque los fabricantes no pueden invertir en publicidad al está prohibida, pero se podía comercializar con ella y formalizar un contrato que ayudaba a los fabricantes a adivinar las pautas de consumidor. Resulta que ahora, por una serie de circunstancias, el comisionado ha interpretado que esos contratos eran falsos, que enmascaraban una realidad paralela y que el objeto no era la cesión de información, sino el posicionamiento de las marcas de los fabricantes en lugares preferentes. Ha empezado a sancionar de una manera brutal y gente que ha cobrado 400 o 500 euros en un año está recibiendo expedientes sancionadores de 120.000 euros. El caso más extremo es de una persona de Castilla La Mancha que tenía un contrato de 90 euros al año y ha recibido ya la propuesta de resolución de 120.000 euros.

-¿Qué camino emprender?

-Lo que pretendemos, dentro de la legalidad, es saber cuáles son las reglas del juego y el promulgar una adaptación de la ley a los tiempos actuales.

-¿Cuáles son las consecuencias inmediatas a esas sanciones?

-Nos movemos en una inseguridad que está generando una psicosis en el sector nunca vista. Los estancos en venta en el último mes y medio se han multiplicado por tres, es decir, hay muchísima gente que quiere deshacerse de su negocio, porque no lo ve claro. Además, el precio medio en esas transmisiones ha bajado un 25%. La propia gente del sector está dispuesta a deshacerse de él, hay menos inversores para comprar y los que lo hacen es a un precio mucho más bajo, porque las cosas no se ven claras. Con todas las amenazas que hay en el exterior, nosotros mismos ponemos palos en las ruedas y el futuro del sector se complica.

-¿Hay algún expediente en Zamora?

-En Zamora no tenemos aún constancia de un expediente sancionador de 120.000 euros, pero puede haberlo perfectamente. Independientemente de ello, los estancos zamoranos ya se han visto afectados por este tema, porque vale menos hoy que hace mes y medio. El negocio no tiene la viabilidad y los visos de futuro que pensábamos.

-¿Cuál es el objetivo de la Plataforma del Tabaco?

-Intentar aunar a todas las personas posibles para que cuando lancemos un mensaje no sea solo desde el punto de vista del estanco, sino que sea desde toda la cadena, que ve amenazada su continuidad. Queremos que siga siendo un negocio dentro de 20 años.

-¿Se podría reinventar el sector?

-Lo que queremos es readaptar la ley, no reinventar, porque no responde a la necesidad actual. Queremos seguir trabajando mientas sea un producto de curso legal y suponga una estrategia para la economía del país; seguir trabajando en un clima de normalidad y dirigido a un público mayor de edad.

-¿Está en mente reunirse con el Gobierno?

- Sin duda, es el objetivo. En esta fase inicial, con apenas un mes de vida, tenemos ya adheridos tanto estancos como empresa de artículos de fumador, operadores de vending o asesores externos. Con fabricantes y distribuidores están las conversaciones avanzadas.

-¿Cuántos miembros hay en esta primera fase?

-De momento ya somos cerca de 3.000 personas pero nuestro objetivo es llegar a todos para dar un mensaje mucho más potente al gobierno. En Zamora quizá esa problemática puede que no haya llegado, que no sean muy conscientes, pero se van a dar cuenta si salen al mercado que su licencia vale menos. Lamentablemente todos estamos afectados e interrelacionados.