El diagnóstico acertado de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es esencial para diferenciarles de quienes son "traviesos e inquietos", porque "yo veo cada vez más niños empastillados", en palabras del juez de Menores, el conocido Emilio Calatayud, invitado por la Asociación Zamorana de Afectados por el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (Azadahi).

El juez disertó sobre cómo "Aprender a ser padres en la sociedad actual", una tarea que debe empezar por "recuperar la autoridad", que no el autoritarismo, concretó. "Los padres y las madres no pueden ser colegas de sus hijos e hijas, son padres", reiteró. Y "hay que aprender a decir "no", pero tienen miedo a decirlo", a frustrar a los hijos, que se han vuelto "muy lights", y establecer las normas a cumplir en la familia.

Difícil será, subrayó el magistrado que, si los padres no son capaces de hacer valer su autoridad, los profesores la tengan y, por consiguiente, el respeto del alumnado. Calatayud, que manifestó que "todavía falta sensibilidad en las familias, en los centros escolares y en la sociedad" hacia este trastorno, que "es un problema y hay que tratarlo", reclamó equipos multidisciplinares en los colegios para que se analice cada caso. Y que sean los profesionales quienes orienten a los profesores sobre cómo ayudar a esos niños y niñas. El mismo equipo que "yo tengo en mi juzgado desde hace años" porque el menor que se sienta en el banquillo, "muchos llegan por mala conducta", "no es un delincuentes en la mayoría de los casos, solo un niño que llora por las noches en el centro especial" en el que se le interna por orden judicial.

El magistrado, con más de treinta años de experiencia con menores, advirtió que esa atención específica y especializada en los colegios impedirá la marginación de estos niños, indicó para remover conciencias entre los asistentes al preguntar quién no había sobrepasado la norma alguna vez siendo pequeño, "todos lo hemos hecho" y se puso como ejemplo.

Demonizó el uso del móvil y de las redes sociales entre los menores, a edades demasiado tempranas, lo que ha conducido a que "se incrementen delitos de agresiones de hijos a padres, el acoso, el bullying, los delitos contra el honor y la intimidad, los chantajes, las amenazas". Conductas que no existirían sin en lugar de móviles los niños tuvieran infancia, porque "no juegan, no desfogan", agregó para reivindicar "más recreo, más fútbol, más aire libre" y exigir "menos deberes, menos táblet, menos teléfono y más autoridad". Volvió a reclamar el pacto por el menor que lleva años reivindicando "para redefinir qué es un menor, pero si los políticos no son capaces ni de ponerse de acuerdo para formar gobierno, ni de aprobar una ley de educación" que perdure, "pues menos serán capaces" de ello

En una línea crítica, la presidenta de Azadahi, Nélida del Estal, censuró a una sociedad que "es cómoda y vaga", frente a la que los padres de niños afectados por el TDAH "deben hacer todo lo posible" para que los hijos con ese trastorno reciban el trato adecuado en las aulas, que se les deje de colocar etiquetas negativas que solo llevan al fracaso escolar y también en la vida, muchas veces por ese lastre.

Del Estal, que reconoció la labor de muchos profesores que investigan y se forman, lanzó sus dardos contra el sistema educativo, "no es excusa que se diga que las aulas están masificadas y que hay más niños con otros trastornos", para apelar a la "colaboración sin exigencias, pero comunicándonos y prestándonos apoyo mutuo". En su discurso reprochó la "inmerecida fama de vagos" que recae sobre quienes tienen ese diagnostico, quienes en multitud de ocasiones acaban, "por inercia, convirtiéndose en "los broncas". La fachada de chico o chica problemática se convierte en una coraza" con la que solo pretenden sufrir menos. La presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, que intervino en el acto celebrado en el Teatro Ramos Carrión abogó por visibilizar el problema que afecta a los TDAH.