Un total de 96 estudiantes de catorce institutos de la provincia participaron ayer en las jornadas de formación para alumnos en mediación y ayuda entre iguales, que se celebraron en el IES Universidad Laboral. "Se trata de un punto de referencia de vital importancia, porque si la convivencia se desarrolla por los cauces normales, eso permitirá que profesores y alumnos puedan dedicarse a enseñar y aprender, respectivamente", valoró el director provincial de Educación, Fernando Prada, encargado de inaugurar las jornadas.

La profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Silvina Funes, fue la encargada de impartir una charla a estos futuros mediadores. "Lo más importante es que sean sensibles a los conflictos, de manera que sean capaces en lo posible de detectarlos antes de que estallen", apuntó la experta.

Aparte de la prevención, estos jóvenes mediadores, con edades comprendidas entre los 14 y los 16 años, tienen que ser capaces de tener una serie de recursos a la hora de afrontar los conflictos que puedan surgir en el aula. "Estamos hablando de habilidades sociales, por lo que deben tener una serie de estrategias de comunicación, de análisis del conflicto, para que sepan cómo gestionar el proceso y orientarse desde el problema hasta la solución. Y todo ello se consigue entrenando estas habilidades", explicó Silvina Funes.

Sobre los conflictos más habituales, la profesora diferenció entre los que afectan a chicos y chicas. "Ellas tienen piques sobre amistades o malas miradas o algo que se ha dicho. En los chicos normalmente no son tanto esos roces como por las notas o alguna bronca en los recreos por los juegos o por los amigos", diferenció.

Sobre las características que tienen que tener estos jóvenes, Funes destacó "la voluntariedad, es fundamental porque también implica un compromiso. Es necesario que a partir de él surja tanto una voluntad como una actitud de comunicación, de tener unos valores de base, que no tengan muy metidos mensajes negativos como el de que si te pegan tú también debes hacerlo".

Valores positivos

En este sentido, subrayó que "este es el camino de educar en valores positivos, para deshacer muchos mensajes inculcados. O evitar lo de decírselo al profesor, porque aunque no es un recurso muy violento, puede generar después en el patio muchos problemas, ya que existe el síndrome del chivato, que el que pide ayuda es una persona floja o cobarde. Y eso tampoco les favorece para su imagen en el patio, que es donde hay que saber defenderse", argumentó.

Tras la jornada de la mañana, la tarde estuvo dedicada a diferentes talleres, impartidos por profesores de los institutos Río Duero, Universidad Laboral y María de Molina. "El curso pretende fomentar esta actividad y recalcar así valores muy importantes que hoy en día en la sociedad no están lo suficientemente previstos, como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, el saber trabajar en equipo o aprender a ser objetivos a la hora de resolver conflictos, además de aprender a dialogar", enumeró Prada para finalizar.