La persistencia de las lluvias es una de las razones por las cuales los niveles de polen se han mantenido bajos durante toda la primavera, aunque una mejoría del tiempo, como barruntan los pronósticos para los próximos días, con aumento de las temperaturas, podrían disparar la concentración de granos en el aire, sobre todo de las gramíneas, que son las plantas que más afectan a los alérgicos por estos lares. Los mapas de previsión del nivel de polen todavía no apuntan esta tendencia, aunque si el tiempo mejora, con el gran desarrollo que han tenido las plantas, puede repuntar, ya que hasta el mes de junio continúa la polinización de las gramíneas.

En los últimos años han mejorado mucho las herramientas al alcance de los alérgicos ambientales para conocer los tipos y niveles de polen que se encuentran en cantidades moderadas o altas para así poder tomar las medidas oportunas. Por ejemplo, los mensajes de móvil vía sms a través de la red de alerta de Castilla y León cuentan con 13.753 usuarios, según los datos del pasado año, con un incremento constante, como se refleja con la comparación de las cifras de años atrás. En 2010, por ejemplo, solo 2.421 personas se interesaron por conocer los niveles de polen de la estación de medida de Zamora capital.

La red aerobiológica de Castilla y León ha cumplido recientemente diez años desde el inicio de sus actividades, durante la primavera de 2006, fruto de la colaboración entre la Junta y la Universidad de León.

El sistema de vigilancia, control e información sobre pólenes de la Comunidad, que fue entonces pionero en España en su desarrollo y puesta en marcha, ha mantenido e incrementado paulatinamente su actividad, añadiendo nuevas potenciales y servicios tanto a los ciudadanos como a los profesionales sanitarios que atienden a los pacientes alérgicos a distintas tipologías polínicas.

La red cuenta actualmente con trece estaciones de medición ubicadas en Ávila, Arenas de San Pedro (Ávila), Burgos, Miranda de Ebro (Burgos), León, Ponferrada (León), Palencia, Salamanca, Béjar (Salamanca), Segovia, Soria, Valladolid y Zamora.

Esta distribución geográfica permite monitorizar la atmósfera y caracterizar los distintos tipos de pólenes y sus concentraciones según las diferentes áreas vegetales definidas en Castilla y León.

Los muestreos obtenidos en cada uno de los captadores son analizados por el Área de Fisiología Vegetal Aplicada, de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León, lo que permite ofrecer, semanalmente, información sobre el polen, los niveles existentes para cada uno de los tipos polínicos relevantes presentes en la atmósfera castellana y leonesa y la previsión para los siguientes días.

Tanto ciudadanos, sobre todo los sensibles a estos alérgenos, como alergólogos, neumólogos, pediatras y personal de Enfermería que los atienden disponen así de datos realmente útiles que facilitan la adopción de medidas autocuidado, preventivas y asistenciales, respectivamente.

En este sentido y como muestra de la relevancia para un importante sector poblacional de esta herramienta dependiente de la Dirección General de Salud Pública, el porcentaje de la población castellana y leonesa que sufre problemas alérgicos se sitúa por encima del 20%, cifra que mantiene una tendencia en aumento y entre un 3% y un 5% de las consultas de Primaria.