desde el 2004 en que se inauguró la actual sede de La Peña Flamenca, tendríamos que retroceder a otras dos memorables veladas para valorar lo que en la tarde noche del sábado ocurrió en Peña Trevinca 14. Esas dos noches a las que me refiero fueron protagonizadas por dos leyendas del flamenco: Encarnación Marín La Sayago y Manuel Márquez El Zapatero. Sin duda la tercera en cuestión, para la gran historia del flamenco peñista, ha sido la propiciada por estos dos jovencísimos e inmensos artistas, el granadino Juan Pinilla al cante y el almeriense David Caro al toque. Cerca de tres horas antológicas de cantes en desuso y sus pertinentes y certeras explicaciones hicieron las delicias de peñistas e invitados en amplia representación, quienes al finalizar la sustanciosa actuación, reclamaban de nuevo a los artistas casi de inmediato. Pues bien, volverán en breve. Ellos serán los encargados de ilustrar musicalmente la misa de este año y, aunque no sabemos dónde se hará, sabemos que será el día 24 a las veintiuna treinta horas, la víspera del XLVI Festival Flamenco de Zamora, que este años debido al "regalo" electoral del día 26 será un concierto de Miguel Poveda, en la plaza de la catedral.

Abren los próceres por jabera, antiguo fandango malagueño posiblemente relacionado con los orígenes de las malagueñas y apenas cantado en la actualidad. Resaltar e insistir que la actuación del sábado fue toda ella una maravillosa muestra antológica de cantes que desgraciadamente no se oyen en las actuaciones habituales; siguen por farruca con la consiguiente explicación; toná liviana, serrana y seguiriya de cierre de María Borrico; policaña, caña y macho; mariana siguiendo los cánones de Bernardo El de Los Lobitos; excelso popurrí en homenaje al Concurso de Granada en 1922: fandango y copla de Manolo Caracol, seguiriya de Manuel Torre, malagueña de Antonio Chacón, rondeña de El Tenazas de Morón, fandango de Frasquito Yerbagüena y petenera de Pastora Pavón, Niña de Los Peines. Casi nada. Descanso.

Reanudan con la familia de las cantiñas: mirabrás, romera, cantiñas de Utrera, alegrías de Córdoba, cantiña de Rosa La Papera -madre de La Perla de Cádiz- y la rosa. Impresionante todo ello. Continúan con vidalita -cantes de ida y vuelta- siguiendo la estela de Pepe Marchena; garrotín y tangos de Málaga o de El Piyayo; siguen por soleares, tres de granada, Triana, Antonio El Portugués, Cobitos, Arenero y Charamusco. Aquí estamos con los Soler: ni Charamusco, ni El Manijero, ni Curro Frijones, el aroma y la esencia de esta soleáes de Paquirri El Guanté; siguen con soleares. Enrique El Mellizo, Joaquín El de La Paula, Mercé La Serneta, Curro Frijones, Juaniquí de Lebrija y las tres últimas de Pastora.

Todavía quedaba el rabo por desollar. Seguiriyas, Antonio Cagancho y Frasco El Colorao, Paco La Luz, de nuevo Jerez, tres de Perico Frascola y cierre de Manuel Molina. Apoteósicos. Qué pedazos de artistas. Inmensa actuación e impecable puesta en escena. Artistas como estos son una excelsa bocanada de aire confirmador de que el flamenco es una de las músicas más impresionantes y complejas que haya desarrollado el ser humano y de que está más vivo que nunca.

Quedaba la traca final: "No queremos irnos de esta querida Peña sin haser unos cantesitos por Levante": Taranta, murciana, fandango minero y levantica. Lógicamente la de "Las minas se han levantao por cuestiones del jonal?" que hace alusión a un hecho luctuoso en la zona del Descargador, en La Unión, resultando una preciosa levantica.

Cierran definitivamente esta memorable actuación con fandangos: Paco Cepero, El Sevillano, Aznalcóllar, El Gloria, Pepe Marchena y remate con El Carbonerillo.

Y la buena noticia es que los tendremos de nuevo en La Misa Flamenca.