Los cuatro sindicatos mayoritarios de Banco Ceiss (UGT, Csica, UEA y CCOO) anunciaron ayer que han solicitado a la autoridad competente convocatoria de huelga en todos los centros a partir del próximo día 30 y, en principio, hasta el 10 de junio. Según la información de la agencia Ical, en caso de que no se produzca ninguna reacción por parte de la empresa renovarán una tras otra las solicitudes de huelga para proseguir con los paros.

En la mañana de ayer se produjo una nueva reunión entre ambas partes, en la cual, según pudo saber Ical, las centrales sindicales presentaron a la empresa una nueva propuesta "de cierre" como contraoferta al proyecto presentado por ésta el martes, en la que rebajaban a 1.030 trabajadores la reducción de la plantilla. Tras solicitar un receso, la empresa se ha movido "ligeramente" en algunas medidas poco relevantes, pero ha rechazado "frontalmente" otras que los sindicatos consideran "fundamentales", por lo cual en estos momentos ambas partes se encuentran "muy lejos de alcanzar un acuerdo".

"Las posturas están muy alejadas. El clima de la reunión ha sido diferente al de los anteriores encuentros, pero las posturas siguen alejadísimas", recalcan desde los sindicatos, antes de calificar como "descorazonador" que la empresa "prácticamente no asuma nada". En la reunión celebrada ayer se han emplazado a un nuevo encuentro el próximo martes, 17 de mayo, que comenzará a las 11.00 horas y donde Banco Ceiss presentará previsiblemente una nueva contraoferta por escrito.

Desde las cuatro fuerzas sindicales apuntan que "los plazos se agotan", y a apenas una semana de que expire el plazo previsto para las negociaciones "lamentablemente" no ven voluntad por parte de la empresa para acordar unas medidas que se ajusten a sus "justas" pretensiones.

De terminar la negociación sin acuerdo, transcurridos quince días la empresa tendría libertad "legal" para, unilateralmente, comenzar a despedir en las condiciones que considere oportunas, respetando los mínimos de la reforma laboral.

Banco Ceiss es la entidad resultante de la fusión de Caja España y Caja Duero, que tiene entre sus territorios históricos a la provincia de Zamora. Tras su integración en Unicaja se está llevando a cabo un proceso de reorganización que acabará con despidos y el cierre de oficinas que, se da por seguro, afectarán también a la provincia de Zamora, aunque las que más afectadas van a resultar serán León y Salamanca porque albergan los servicios centrales de, respectivamente, Caja España y Caja Duero. Aún de desconoce el impacto de proceso en la provincia de Zamora.