De los más de 19.000 zamoranos con derecho a voto censados antes de las pasadas elecciones del 20-D, tan solo "rogaron" su voto 1.154. Es decir, que solo un 6% de los emigrantes solicitaron poder ejercer su derecho a elegir a sus representantes. El "voto rogado", instaurado en el año 2011 y que ahora varios partidos pretenden derribar, exige a los residentes en el extranjero estar inscritos en el consulado y, una vez registrados, "rogar" el voto por adelantado. Es decir, comunicar expresamente que se quiere ejercer el derecho al voto para recibir las papeletas en el domicilio. El principal problema es que, en muchas ocasiones, el consulado no está en la misma ciudad en la que se reside, lo que implica que el electorado se tiene que hacer cargo de los gastos de desplazamiento y del envío certificado que transportará el voto hasta su mesa electoral. Una auténtica odisea que esos 19.000 zamoranos deberán valorar antes de decidir si votar o no.