El activista Tom Kuchartz profundizó ayer en el Tratado de Libre Comercio que se negocia entre Estados Unidos y Europa en una charla en el pabellón de la Josa.

-¿Qué hay detrás de la negociación del Tratado de Libre Comercio que en estos momentos están negociando Estados Unidos y Europa?

-Quieren profundizar en las mismas políticas que nos han llevado a la actual crisis que ha llevado a mucha gente a la pobreza, a estar en el paro y perder derechos laborables. Se busca un planteamiento para eliminar derechos sociales, laborales así como la protección a la salud pública y del medio ambiente que están todavía en pie. Desde el año 2013 el gobierno de Estados Unidos y la Comisión negocian para blindar los privilegios de las grandes empresas multinacionales y recortar las directivas y legislaciones que protegen al ciudadano y sus derechos.

-¿Podrían desaparecen los servicios sociales que todavía existen?

-En la Unión todavía hay unos servicios protegidos que los países tienen la obligación de cumplir. Hace ya unos años la UE liberalizó la sanidad, el transporte de viajeros, la educación o agua, servicios muy importantes para los ciudadanos. Estos sectores se abrieron a que accedieran las empresas privadas. No obstante en muchos estados de la UE estos servicios quedaron excluidos de la privatización, como educación y servicios sociales. En Estados Unidos rige el mercado y el sector privado y en la UE cada vez hay más servicios sanitarios privados o una gestión público-privada.

-Con estas negociaciones ¿tenderemos todavía más hacia el modelo sanitario norteamericano?

-Todos los servicios que no están mercantilizados y que no pueden ser privatizados podrán ser mercantilizados y, sobre todo, hay unas cláusulas para que los gobiernos que quieran desarrollar políticas públicas en favor de los derechos sociales, que quieran garantizar el acceso a los servicios públicos, no puedan devolver a manos públicas los servicios públicos ya privatizados. Es la denominada cláusula trinquete, que ya aparece en un tratado internacional anterior, por la que los procesos de privatización realizados no pueden revertirse, lo que afecta a polideportivos, servicios de limpieza, de recogida de basura... son contratos de miles de millones de euros en manos de empresas privadas.

-¿Limitaría a los ayuntamientos y comunidades?

-Sin duda. Reduce mucho las competencias municipales y regionales porque estos ahora en los pliegos de condiciones pueden poner cláusulas como respeto a los convenios colectivos,a la igualdad de género o respeto al medio ambiente. Con el tratado que se está negociando no podrían poner condiciones de tipo local, lo que es muy grave. Si se quiere luchar contra el desempleo la contratación pública debe generar empleo a personas del lugar no a grandes multinacionales que tienen sus sedes en paraísos fiscales.

-La agricultura es un sector muy importante en la provincia zamorana. ¿De qué manera afectará este tratado en proceso de negociación?

-La agricultura está en crisis porque la globalización ha reducido muchísimo los precios que se pagan a los productores como sucede en el sector lácteo, por ejemplo, porque quienes controlan los precios son las grandes firmas de la agroindustria y de las grandes cadenas de distribución alimentaria. Si se firmase un nuevo acuerdo con Estados Unidos habría una competencia muy fuerte en el sector de los piensos y de la carne de vacuno, lo que supondrían la ruina de muchos productores pequeños porque Estados Unidos tenderá a la exportación, por eso desde Ecologistas en Acción apostamos por relocalizar la agricultura, por poner aranceles para que no se importen productos agrícolas a bajos precios y se proteja la ganadería extensiva y a la agricultura. Otro de los aspectos más sensibles tiene que ver con las denominaciones de origen, tan importantes en España. Estos marchamos deberían estar prohibidos de producirse en Estados Unidos, pero, tal y como se han demostrado con la filtración de documentos de las negociaciones hace unas semanas, se ha demostrado que aquel gobierno rechaza la petición de la UE de que no se puedan utilizar en la industria agroalimentaria en Estados Unidos de productos europeos muy conocidos

-¿Qué conllevaría exactamente?

-La agroindustria en Estados Unidos podría producir vino en ese país con la denominación de origen, podrían producir vino más barato en California, le podrían poner una etiqueta de una denominación de origen que podrían exportan a Europa y comercializarlo. Este es el peligro del mal llamado libre comercio.

-La salud pública es otro pilar de las conversaciones.

-En Estados Unidos tanto para la manipulación de alimentos como para la industria están permitidos una serie de sustancias tóxicas y cancerígenas que ya están prohibidas en la Unión Europea. Nosotros tenemos un registro diferente de sustancias tóxicas. Lo que se quiere conseguir en parte de las negociaciones es eliminar legislaciones que en la UE controlan este tipo de sustancias, lo que favorece a Estados Unidos y a la industria química alemana, como Bayer, que está muy interesada en este punto porque leyes que hemos conseguidos los ecologistas o los consumidores volverían hacia atrás.