Las circunstancias de la vida llevan a los integrantes del grupo N-122 a tomar la decisión nada fácil de poner un punto y final a la trayectoria de la banda de rock, todo un referente para una generación de zamoranos.

El intercambio de discos y el hablar de música "nos arrastró a acabar formando el grupo" sobre el año 2000, recuerdan los músicos al tiempo que aseguran que aluden a que nunca pensaron que pudiera tocar durante más de tres lustros.

Pablo Aparicio, batería y coros; Álvaro Alfonso, bajo; Sergio Martín, voy y guitarra; y Alberto Aliste, voz y guitarra, comenzaron a tocar los temas de sus grupos favoritos para luego escribir sus propias canciones. Poco a poco se sucedieron las fechas por fiestas de pueblos de la provincia, luego de Valladolid o de Salamanca. "Las cosas nos fueron saliendo y comienzas a tomarte más en serio esto de la música", puntualiza Sergio Martín a la par que su compañero Pablo menciona, entre algunas anécdotas vinculadas a sus actuaciones, la ocasión en la que tocaron en la Marina en la Final de la Eurocopa de 2008. "Estábamos tocando y la gente celebrando la victoria, fue increíble porque no estaban allí por nosotros pero se estableció una gran conexión".

N-122 ha publicado cuatro discos. "Doble o nada" supuso su primera incursión, luego vendría "Otras direcciones". La banda vivió un momento crucial en 2008 con la grabación de "N". "Fue un punto de inflexión porque lo grabamos fuera y pasamos de tocar en las fiestas de los pueblos a tocar salas como Lemon de Madrid o Salou", remarcan desde N-122 que en este trabajo apostó por letras "más cuidadas y más maduras que cuando comenzamos con 16 años". Este disco contó con una gira de más de 50 fechas por todo el país e incluso llegaron a cerrar las fiestas de San Pedro. "El Ayuntamiento nos dejó tocar tras los fuegos de 2009, lo que fue un gran honor", comentan.

En 2012 sacaron al mercado "Buena suerte", grabado en el estudio madrileño de Rosillo con Diego Olivero y Matías Eisen como productores, quienes han trabajado con Coti o Fito Páez. En ese momento N-122 alcanza su mejor momento con "letras muy cuidadas y una excelente producción, pero ya nos pilló en momento vital complicado pues estábamos acabando la carrera", testimonian. No obstante, este cuarto trabajo también lo dieron a conocer en todo el país e incluso "hubo hasta una negociación para fichar por una discográfica grande pero las condiciones eran terribles y no nos garantizaban nada", mencionan.

Los últimos cuatro años han resultado complicados para estos músicos, puesto que los jóvenes han encontrado trabajo cada uno en un punto de la geografía nacional. Pese a ello tocaron en festivales como Soria Rock y con Boikot o Reincidentes. Además en este período Alberto Aliste, voz y guitarra, decidió dejar la formación que ahora para preparar cada concierto tiene que ensayar los fines de semana de varios meses. "Cada vez nos resulta más complicado juntarnos y para tocar un rato tienes que hacer cientos de kilómetros", detallan.

Ante este panorama han decidido poner un punto y final a la banda con un par de conciertos en salas zamoranas que les apoyaron. El primero tuvo lugar en Navidad en el Numancia y el segundo será este sábado en el Ávalon a las 22.00 horas donde tocarán, entre otros, sus mejores temas. "Es un cierre que lo veníamos viendo todos. Ha llegado la hora de dejarlo", testimonia Pablo Aparicio. Un capítulo de oro en la historia del rock zamorano.