En junio de 2015 Francisco Iglesias fue elegido presidente de la Cofradía del Yermo. Al frente de la hermandad lo acompañan el tesorero, José Isidro Bécares, el secretario, Carlos Cabezas, la camarera, Cristina Iglesias, el celador, Pedro Pollo, y Agustín Montalvo como capellán. Con la procesión del próximo martes a la vista, Iglesias ha previsto diversas novedades, como la megafonía para la subasta de las andas con la colaboración del Ayuntamiento; la participación de la Asociación de Tamborileros de Zamora con ayuda de la Diputación o la impresión de los carteles gracias a Caja Rural. Para realzar el acto del martes de Pentecostés, la hermandad ha pedido a los vecinos que se esmeren en engalanar el recorrido de la Virgen del Yermo.

-¿Cómo han sido los primeros meses al frente de la Cofradía de la Virgen del Yermo?

-El primer objetivo era hacernos con la cofradía: organizar los listados de hermanos, cambiar las titularidades de las cuentas o recibir el patrimonio de la hermandad, que se encuentra en un estado aceptable y que intentaremos recuperar en algunos casos para volver a darle un uso. En este sentido, y como novedad, hemos recuperado unas colgaduras antiguas en la parroquia para montar un altar donde colocar la Virgen en el lado de la Epístola para el novenario que ha comenzado este lunes. Hemos restaurado los galones y el terciopelo y hemos montado una estructura para anclarla a la pared. Así la imagen tiene un mayor realce durante estos días en que sale de su capilla.

-¿Qué representa la Virgen del Yermo para el barrio de San Lázaro?

-El barrio tiene una clara devoción por la imagen. Es considerada la patrona de la parroquia y de San Lázaro, y los vecinos están vinculados familiarmente a la imagen, bien porque nacieron aquí o porque se han casado en presencia de ella e incluso han celebrado sus aniversarios. Esta devoción se ha ido materializando a través de diversas donaciones a la imagen: el ajuar, ropas, rosarios? regalos que son prueba del amor que la gente del barrio tiene por la Virgen.

-¿Cuándo nace la devoción?

-Históricamente, es algo confuso hablar de fechas concretas. Se sabe que el origen de la devoción y la cofradía es de finales del siglo XVI, que hay una hermandad en la antigua parroquia de San Lázaro que da culto a una imagen de Nuestra Señora, aunque se desconoce si ya entonces era la Virgen del Yermo o si la iconografía es posterior. Entre el siglo XVII y el XVIII se forma la actual cofradía con la redacción de los estatutos, que marcan cómo han de celebrarse las fiestas o los acompañamientos musicales, detalles que van evolucionando hacia el festejo del martes de Pentecostés.

-¿Por qué la advocación del Yermo?

-Tenemos el privilegio de rendir culto a una imagen con una devoción muy diferente a otras. El Yermo significa algo baldío que se puede identificar con la zona en la que estaba asentado el arrabal de San Lázaro, parte sin cultivar y sin habitar. También existe, o se supone, una vinculación con el convento de Santo Domingo, por el rezo de los misterios del rosario. Es decir, tradición dominica y tradición popular.

-¿Qué sabemos de la imagen actual?

-La antigua debió de ser una imagen románica o protogótica, que evolucionó a una vestidera en el siglo XVI o XVII. Se sabe por la vara antigua de la cofradía, donde aparece vestida con ropas de color rojo y azul. La imagen actual la realizó Ramón Álvarez en 1877, en concreto, la cara, las manos de la Virgen y el Niño Jesús. Aprovecha el bastidor de la anterior imagen. Normalmente, don Ramón lo que hacía era recuperar la imagen anterior para luego revenderla o utilizada para sacar moldes y, de este modo, abarataba los costes a las parroquias o las cofradías que le hacían el encargo. Es, además, una de las imágenes más agraciadas del autor.

-¿Cuál es su vinculación con la cofradía?

-Soy de la Virgen del Yermo desde que me apuntaron de pequeño. Alfredo Hernández, el antiguo presidente, era vecino de mis abuelos. Mi abuela preparaba el arroz con leche para todos, con leche que no hubiera sido cocida y saliera más rico. Íbamos a la procesión con mi padre y siempre hemos participado en una hermandad muy del barrio, aunque luego se fuera apuntando gente de otros sitios.

-¿Dentro de su estrecha vinculación con la Semana Santa y las cofradías de gloria qué representa el Yermo?

-Una devoción importante. Es la Virgen de la parroquia más cercana y la celebración de la fiesta y su participación en la romería de La Hiniesta siempre han sido especiales para mi familia y la gente de siempre de la hermandad. Mantiene la esencia del conocerse todos, los preparativos, la salida a por el tomillo, el estandarte? Es decir, vecinos que tienen un vínculo común. Y felizmente, participan las mujeres en la actualidad.

-¿Qué novedades han preparado para este año?

-Uno de los actos más singulares es la subasta de andas, en el que se decide quien lleva la imagen al interior del templo. Se celebra en la avenida de Obispo Nieto, a la altura de la casa del antiguo prelado de Zamora, quien le regaló su cruz pectoral que luce todos los años. Con la colaboración del Ayuntamiento de Zamora, vamos a instalar megafonía para que la subasta se escuche sin ningún problema por todos. La tradición dice que suele ser un grupo de devotas el que cargue con las andas. También tendremos un grupo de tamborileros de la Asociación Zamorana, que dirige Luis Pedraza, para abrir y cerrar la procesión. Por otro lado, vamos a recoger tomillo y romero con los mayordomos para alfombrar el recorrido de la procesión, una costumbre que debemos mantener por las calles. En la carta a los hermanos hemos pedido que los vecinos adornen sus casas para embellecer el itinerario.

-Dice que el patrimonio se encuentra bien, ¿cuál es su objetivo?

-Iremos restaurando las piezas más singulares para seguir utilizándolas. Hay elementos del ajuar de la Virgen que, con una conveniente limpieza, se pueden recuperar. Son textiles delicados que se han deteriorado de forma entendible. El dosel de este año ha sido un esfuerzo para la parroquia y la cofradía.

-¿Qué espera de los próximos años?

-Mantener y realzar los actos de la cofradía, muy sencillos pero singulares. Pretendemos involucrar a la gente del barrio en la devoción e intentar incrementar el número de hermanos, que actualmente supera los trescientos.