Una mujer acaba de ser condenada a dos años de prisión por agredir con un vaso en la cara a un empleado del bar situado bajo su casa, en la avenida de Príncipe de Asturias, tras decirle que era un sinvergüenza y que "al final vais a conseguir amargarme la vida". La magistrada del Juzgado de lo Penal estima probado que el suceso se produjo hacia las 3.15 horas del 24 de abril de 2014, cuando la procesada quitó el vaso de la mano al hombre antes de pegarle con este objeto, lo que le causó lesiones que para su cura precisaron de siete puntos de sutura y ocho días para su curación. La acusada deberá pagar por las lesiones 740 euros al herido.

Cuando tuvo lugar la agresión, que solo presenció un amigo del herido, con el que estaba charlando tras haber recogido prácticamente el bar, la víctima había denunciado ya en dos ocasiones a la vecina del establecimiento hostelero, La Solana, acusándola de insultos y amenazas en días precedentes. La mujer, de iniciales M.E,R.P., fue condenada en marzo pasado por el primero de esos episodios, según la sentencia.

La magistrada no tuvo en cuenta la versión de la imputada, que, tras indicar que no conoce de nada al perjudicado, calificó la denuncia por esta agresión como "un montaje del denunciante por las diferentes denuncias en vía administrativa" que ella ha cursado "por deficiencias en el local", al igual que las denuncias que el trabajador del bar. La juez alude al fallo judicial de marzo para pone de manifiesto lo contradictorio de la versión de la mujer, que confirmarían que sí ha visto con anterioridad al hombre, ya que en esa sentencia se da por probado que se dirigió a él con insultos para manifestarle, en referencia al bar, que "no lo vas a abrir por mis cojones, voy a mandar a unos rumanos y a los clientes que tienes aquí les prendo fuego".

La magistrada, además, subraya que "la declaración del denunciante ha sido idéntica y persistente a lo largo de las actuaciones" judiciales y que "no consta que esté motivada por ánimo de resentimiento o venganza hacia la acusada como sostiene la defensa" porque el herido "ya no es propietario del bar" y "ya no tiene ninguna vinculación" con el negocio.