Entre el 20% y el 25% de la población padece alergia al polen de las plantas, un colectivo muy amplio que tiene que esta muy atento estos días, ya que con las intensas lluvias caídas en primavera, en cuanto se estabilice el tiempo puede incrementarse notablemente la concentración de alergenos en el aire. Las previsiones de la Seiac (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica) hablan de una primavera "de intensidad moderada", con concentraciones de ponen en torno a 4.190 granos por metro cúbico de aire, sobre todo de gramíneas. Y es que, indica el especialista en alergias José Camilo Martínez, son las lluvias de otoño e invierno las que más influyen en el crecimiento de las plantas, aunque, precisa su colega Susana Rebollo, también la humedad acumulada en estas últimas semanas favorece el desarrollo de las plantas.

En todo caso las fechas del calendario indican que a partir de estos momentos, en cuanto se estabilice un poco el tiempo, los problemas para los alérgicos al polen comenzarán con toda su fuerza, ya que entre el 15 de mayo y el 15 de junio es cuando se suelen dar los mayores picos de afecciones, indica Rebollo.

Picor de la nariz, estornudos frecuentes, moco continuo con aspecto líquido, taponamiento nasal, asociado en ocasiones a un escozor de los ojos intenso, lagrimeo y enrojecimiento ocular son síntomas típicos de una reacción de alergia al polen, indican los especialistas. Y en casos más importantes o severos se asocia a síntomas de asma, tos, dificultad para respirar y opresión en el pecho. Las gramíneas son las plantas que más problemas de alergia producen por estos lares, aunque cada vez son más importantes también los árboles, sobre todo olivo y arizónicas (cipreses, aunque estos polinizan antes) que se han ido imponiendo como especies ornamentales.

Los pacientes diagnosticados suelen saber bien qué hacer cuando se acerca la época más peligrosa: evitar la exposición excesiva a los factores ambientales (aunque es difícil) y seguir las pautas de medicación marcadas por el médico según los síntomas, apunta Rebollo. Para quienes no sepan si son alérgicos, la presencia de los síntomas descritos, sobre todo si se dan en estas épocas debe hacer sospechar de que algo no va bien, y es conveniente acudir al médico para que diagnostique la enfermedad.

Una historia clínica, explica la doctora, es el primer paso para, a continuación y si los datos así lo aconsejan, pasar a la prueba cutánea que normalmente es suficiente para diagnosticar la mayor parte de las alergias al polen. En algunos casos, indica Rebollo, se requieren pruebas complementarias y en el caso de síntomas de asma, también de la función pulmonar.