Un original tendedero, cambiando habituales prendas por fotografías, tomaba ayer por la tarde la plaza de Viriato, dentro de la tercera edición de la iniciativa "Secado", una original propuesta para compartir instantáneas nacida en San Petersburgo en 2010 y que dos años después llegaba a España. Zamora se uniría más tarde a este grupo de ciudades con inquietud por la fotografía, donde ayer se celebraba la tercera edición.

"Puede que no haya pinzas suficientes", apuntaba con satisfacción por la buena acogida Manuel Poves, organizador del evento y profesor del IES La Vaguada cuando ya se contabilizaban más de 200 imágenes. "Cada año tenemos más participación", reconocía.

La mecánica no podía ser más sencilla: los participantes cogen pinzas de la ropa para tender sus trabajos y ponen sus nombres en pequeños papeles rosas para "marcar" de esa manera aquellas fotografías que más les hayan gustado para quedarse con ella al final de la jornada.

Un rápido vistazo a las instantáneas demostraba lo ecléctico de la temática. En color o blanco y negro, se mezclaban imágenes de naturaleza, paisajes rurales, animales, lugares más urbanos, retratos más íntimos o recuerdos de la todavía cercana Semana Santa zamorana. También hubo hueco para lo abstracto y fotografía de moda y estudio.

Junto a los aficionados, que buscaban ávidamente las propuestas que más les interesaban para ser los primeros en señalar sus preferencias, también han participado, como en anteriores ediciones, fotógrafos profesionales de la provincia. La mayoría de las imágenes estaban desnudas de marcas, aunque algunas sí tenían el sello de sus creadores.

La plaza se llenó no solo de participantes, sino también de multitud de curiosos que se convertían en espontáneos espectadores de esta muestra fotográfica. La organización, que durante toda la semana había estado pendiente de la meteorología, respiraba aliviada al ver el cielo azul. Solo se tuvo que luchar contra el viento, que obligaba a sujetar las fotografías para poder verlas mejor mientras se mecían colgadas en el singular tendal.

Tras el cierre de esta exposición fugaz -de aproximadamente dos horas de duración- llegó el momento de recoger lo tendido, aunque esta vez cada participante se llevó a casa las "prendas" que otros habían puesto a secar.