"Un territorio virgen". Así es la provincia de Zamora en materia de turismo idiomático para los viajeros denominados 50+, turistas de alto poder adquisitivo que buscan aprender español dentro y fuera de las aulas. Ese escenario es el que ha descubierto en los últimos días una delegación de once turoperadores internacionales del continente americano, Ucrania, Rusia, Japón, Portugal e Italia. Todos ellos arribaron en Zamora con un objetivo claro y una misión profesional: encontrar un destino idiomático diferente, original y con calidad para enviar a sus respectivos clientes. Misión cumplida.

El centro Cervantes-Villamor de la capital, que aspira a conseguir el sello Cervantes, se ha embarcado desde hace varios años en un proyecto duro, pero ilusionante: construir "marca Zamora" a través del sector del turismo idiomático, un campo que engloba a su vez todo un despliegue de gremios. La parte académica para la enseñanza del idioma es un reto que tienen más que superado a través de la academia Villamor después de una trayectoria de 25 años. Sin embargo, el proyecto va más allá del aprendizaje del español. Se trata de dotar a los estudiantes -no necesariamente jóvenes, ya que en otros países la cultura del aprendizaje alcanza edades más altas- de toda una infraestructura para aprender el idioma, pero contando también con recursos, actividades y coyuntura para pasar una estancia agradable en Zamora.

Convertir a la provincia en un nicho profesional del turismo idiomático ya ha sentado las bases para despegar. Los once turoperadores internacionales han descubierto una provincia "idónea que les ha enamorado", explican los responsables del centro, José María Pérez y Paz Villamor, después de casi cuatro meses de trabajo para organizar toda la infraestructura: visitas, comidas, charlas, contactos con especialistas, transportes, catas y un largo etcétera.

Los turoperadores están dispuestos a incluir a Zamora en sus destinos idiomáticos después de tres días en la provincia. Una veintena de empresas zamoranas y otros tantos particulares han trabajado directa o indirectamente para mostrar la mejora cara de Zamora, ésa que ha captado los sentidos de los profesionales del sector.

Los turoperadores internacionales llegaron a Zamora en AVE y cargados de expectativas para descubrir mucho más que un destino en el que aprender un idioma. Se fueron "más que satisfechos, encantados", apuntan, orgullosos, José María Pérez y Paz Villamor, promotores del proyecto.

El patrimonio, la calidad humana, la atención y, cómo no, la gastronomía han cumplido con creces y han estado a la altura gracias a un programa "mimado, cuidado al detalle y seleccionado minuciosamente para que los profesionales vieran lo máximo posible en dos días y medio, y con explicaciones siempre de primera mano por parte de profesionales de cada sector y de cada lugar que visitamos", explican los zamoranos.

Si la cultura, el arte y el ocio han captado el interés de los turoperadores, la gastronomía les ha terminado de ganar. Las sopas de ajo han sido protagonistas de alguno de sus almuerzos, los caldos toresanos han acompañado cada degustación de queso o chorizo y las mieles artesanales han acabado de endulzar la jornada de los agentes de viajes. Pero la estrella de excepción fue el arroz a la zamorana, hasta el punto de que la receta llegará hasta el mismísimo Japón a través de las jornadas gastronómicas de Tokio que llevará una turoperadora japonesa autora de un blog de cocina en su país. Descubrió el plato zamorano por excelencia en Fermoselle y de la villa saltará a Japón.

Una ruta literaria por la ciudad, una visita guiada por el románico y el modernismo zamorano, el Museo de Baltasar Lobo, catas en bodegas y en el Museo del Vino de Morales, la plaza de Toros toresana y su patrimonio, Los Arribes del Duero y la Reserva de la Biosfera enamoraron a unos turoperadores a los que Zamora ya les ha ganado. Tanto es así, que muchos de ellos ya piensan en vender el turismo idiomático zamorano entre su cartera de clientes porque "estamos preparados", confían Pérez y Villamor. La feria de turismo Intur pero, sobre todo, Fitur y Londres sirvieron de germen para captar turoperadores atraídos por la provincia, un territorio "auténtico que les hemos ayudado a descubrir".

Las anécdotas no han dejado de sucederse en toda la estancia de los turoperadores extranjeros. Desde su asombro por poder pasear por el casco histórico sin apenas coches a su paso hasta una ristra de sorpresas con cada nuevo rincón descubierto: "Este aire que se respira aquí... es diferente", "¿Cómo es posible que el arquitecto de la plaza de toros de Toro sea el que nos esté explicando in situ su construcción?", "¿Tapices en una catedral al descubierto? ¡En Japón estarían acristalados y rodeados de seguridad¡", "¡Qué sorpresa la mermelada de cebolla o de vino!" o "Esta gastronomía es digna de difundir, fuera se conocen otros tópicos". Un suma y sigue de expresiones espontáneas que no hacen más que demostrar que Zamora es capaz de sorprender si se sirve "con profesionalidad y cariño", añade Pérez.

Los responsables del centro Cervantes-Villamor no tienen prisa por la consecución del sello Cervantes, para lo que tienen que acreditar a la entidad 600 horas de enseñanza del español. Van lentos, pero seguros, dando pasos firmes y competentes. El resto llegará por sí solo.