Luis Alberto Calvo es el presidente de AVET, la Asociación de Veterinarios Especialistas Taurinos, que entre ayer y hoy celebra unas jornadas sobre el gremio en colaboración con el Colegio de Veterinarios de Zamora.

-¿Qué ideas se van a poner sobre la mesa durante las jornadas que se están celebrando en Zamora?

-Pretendemos hacer un punto de encuentro del tema taurino, sobre la actualidad del mundo del toro desde el punto de vista veterinario. Somos los "notarios" de la legalidad en las plazas de toros, controlamos que se cumpla toda la legislación con respecto a los animales desde el punto de vista de la salud pública.

-¿Qué función realiza el veterinario taurino durante todas las etapas en las que se divide el espectáculo?

-Va a la finca y vigila que los animales estén sanos, en las plazas se revisa toda la documentación, que carezcan de enfermedades o de motivos que imposibiliten la lidia. La ley dice que el toro debe presentarse íntegro y tenemos que ser garantes de que el público reciba a un animal en las mejores condiciones.

-En ocasiones son el blanco de la ira de aficionados y el "escudo perfecto" para algunos empresarios...

-Sí, y puede que sea nuestra culpa no haber explicado bien nuestra función. Nos nombra la administración y luchamos para que se cumpla la legislación. Somos los únicos facultados para multitud de cuestiones, los que vigilan que el toro esté sano y que no tenga mermas que vayan en contra del espectáculo.

-Son también los encargados de aprobar los toros dependiendo de la categoría de la plaza, algo mucho más subjetivo.

-Cada equipo debe ser consciente de dónde está. No es lo mismo Madrid que Valladolid, por ejemplo. Madrid es muy torista, Valladolid más torerista. Es solo un ejemplo, pero lo cierto es que el veterinario debe ser consciente del toro que está aprobando y de la plaza en que se va a lidiar. No es lo mismo una plaza de primera que una de segunda, sin duda.