Un análisis del empleo del ladrillo en los edificios construidos entre 1888 y 1931 en Zamora, cómo lo utilizan los distintos arquitectos que trabajaron en este período en la ciudad o los centros de producción del material tienen cabida en el último Cuaderno de Investigación, publicado por el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, fruto de la investigación realizada por la arquitecta María Ascensión Rodríguez Esteban para su tesis doctoral.

La publicación "La arquitectura de ladrillo y su construcción en la ciudad de Zamora", presentada ayer en el Campus Viriato, donde la autora ejerce como profesora en el Grado de Arquitectura Técnica, "es una adaptación del trabajo por el que obtuve el doctorado y que estuvo becado por el Florián", explica su artífice, María Ascensión Rodríguez Esteban.

La arquitecta comienza su estudio en el año 1888 porque, tras realizar un rastreo en el Archivo Histórico Provincial, "localicé en ese ejercicio el primer edificio realizado en ladrillo, la Plaza de Toros, donde su utilización es muy sobria y no muy amplia" mientras que el último inmueble examinado corresponde a "la Casa Peña".

La experta zamorana apunta entre las causas que auspiciaron que comenzara su empleo "el deseo de la pequeña burguesía de hacerse nuevas casas, la fuerza de las harineras, la expansión de la ciudad tras tirarse las murallas así como la llegada de nuevos arquitectos municipales". A lo largo de las 389 páginas del volumen, la autora también desgrana las fábricas y las tejeras que existieron en la provincia así como los modelos de ladrillo empleados y su aplicación sin olvidar las técnicas constructivas o los proyectistas e ingenieros que las emplearon.

Además la Doctora en Arquitectura aporta un catálogo de 58 construcciones. En minuciosas fichas concreta el nombre del edificio, sus características y fotografías. No obstante, la autora ha estudiado "un total de 69 edificios, algunos de ellos desparecidos, cifra importante para las características de Zamora donde el ladrillo aparece o total o parcialmente" y puntualiza que "los edificios tienen características comunes en función de su arquitecto".

Respecto a la conservación de los edificios "su estado es bastante bueno porque se empleaba un ladrillo fino para el exterior, mientras que en otros lugares empleaban otro más rústico". Además, la experta destaca el Mercado de Abastos, pues "conjuga todos los elementos que se utilizaban en esa época en edificios similares" o el instituto Claudio Moyano que "juega con el ladrillos y los colores en las fachadas"