El nombre de Villarino ha estado asociado durante años al movimiento sindical en Zamora y poco se sabía de su faceta como artista, una vertiente que comparte en una exposición titulada "La plumilla más que un arte", abierta ayer en el claustro del Colegio Universitario.

-Un sindicalista como usted ¿de qué manera comenzó en el mundo del dibujo?

-Siempre me gustó dibujar pero no tenía tiempo libre para dedicárselo. Mi tiempo estaba repartido entre el Partido Socialista y la Unión General de Trabajadores y, claro está, la familia. Una vez jubilado pensé retomar esta afición. Cuando entré en el sindicato casi no sabía dibujar y ahora he tenido que volver casi a aprender, de lo cual me alegro.

-¿Por qué lo dice?

-Porque he optado por un estilo bastante desconocido. A plumilla practico el puntillismo, porque este estilo se igual mejor a la fotografía y el resultado es mucho mejor. El vacío que me dejó el sindicato lo he llenado con el dibujo de una manera totalmente autodidacta.

-Pero resulta bastante complicado.

-Sí, pero hay que tener constancia y ver mucha pintura. El dibujo es un gran entretenimiento, una válvula de escape y casi tengo abandonada a mi mujer (Risas). Mi oficio era ser marmolista y en él se hacían figuras. Además en estos momentos también me estoy dedicando a dar clases en los centros de jubilados. Estoy enseñando a dibujar a los jubilados e intentando ayudarles. El dibujo es una gran terapia para olvidar los problemas. Para mí la plumilla más que un arte supone una pura terapia para todas las personas que atraviesan problemas.

-¿Qué está suponiendo para usted el ser docente?

-Sin duda la mayor satisfacción que puede ahora darme la vida. Está siendo mi gran pasión porque se esfuerzan mucho y ponen un gran interés.

-José Antonio, ¿qué le mueve a realizar esta exposición?

-Tengo ya unos años y no quería irme de este mundo sin haber expuesto. Es mi primera muestra y en ella presento 82 obras realizadas desde el año 87 y hasta el momento.

-Ha pintado desde rincones de Zamora actuales a estampadas de otros tiempos sin pasar por alto pasos de Semana Santa.

-La diversidad se debe a que me cojo postales o dibujos y los plasmo. Lo único que me da un poco de vergüenza es no haberme dedicado a hacer más dibujos de la Semana Santa. La siguiente exposición que haga posiblemente esté centrada en grupos y pasos de Semana Santa porque son un semansantero, de hecho cargué durante muchos en la Verónica.

-Aunque no exhibe ningún dibujo de ella.

-No, y también hago retratos como los que le he hecho a mi mujer, pero ella no ha querido que se expongan.

-Entre los cuadros los hay con marcos de colores.

-Entre las obras hay algunas enmarcadas, que son los que tengo en mi casa y luego los demás, están enmarcados con cartulinas de colores con dibujos. No quería poner una lámina simple, quería otorgarle un fondo de color a cada lámina que va acompañado por un dibujo también en color, a lapicero acuarelable. Me gusta mucho dibujar en color.

-Como testimonian los muchos cuadros realizados en color.

-Efectivamente porque combino una parte de plumilla con pulmín donde introduzco tintas de distintos colores. Esas obras son más antiguas. En estos momentos realizar obra en color resulta más complicado. Es más complicado conseguir tintas en colores, ahora encuentras un negro y un sepia, por lo que me dediqué más al blanco y el negro.

-¿Se valora lo suficiente el trabajo en plumilla?

-El dibujo a plumilla es un trabajo que no se valora como se merece, quizá sea por lo complicado de su práctica que ni admite confusiones, ni borrones ni parches ni rectificaciones.

-Por su experiencia, ¿qué es necesario para realizar esta técnica?

-El arte de dibujar a plumilla requiere perfección, paciencia, fidelidad con el detalle y también limpieza. Existe gente que huye de practicarlo porque lo cree difícil, y es cierto que lo es, pero recomiendo trabajar esta técnica por lo apasionante que resulta.