La reducción de los servicios de vigilancia de los edificios judiciales repercuten de forma especial en aquel juzgado que esté de guardia, obligados a acudir a las instalaciones fuera de los horarios habituales de apertura cuando se producen delitos que requieren de la presencia del juez y el secretario. Hasta ahora, la existencia de un vigilante de seguridad durante las 24 horas del día permitía acceder al edificio del Palacio de Justicia sin ninguna cortapisa, puesto que se encargaba de abrir la puerta principal.

Desde el viernes pasado, uno de abril, esa situación ha cambiado drásticamente y la única alternativa que parece existir es que el secretario del Juzgado (ahora denominado letrado de la Administración) que esté de guardia sea el que asuma esa función, como encargado que es de la oficina judicial.

Las protestas no se han hecho esperar entre este colectivo de funcionarios, que ya han remitido un escrito al Ministerio de Justicia para hacerle llegar su absoluta disconformidad con una medida que "les afecta directamente" en el desempeño de sus funciones, ampliando la responsabilidades que ya tienen asumidas por la condición de su cargo. El escrito se ha elaborado por parte del secretario coordinador de los juzgados, tras recoger el sentir de sus compañeros, que tendrían que abrir y cerrar el Palacio de Justicia cuando les toque estar de guardia.