Se fue con la discreción que siempre marcó su vida, pero deja una obra, una fundación, que no sólo hará pervivir en la memoria de generaciones el nombre de sus hermanos, reputados doctores, sino que servirá para que insignes investigadores avancen en los conocimientos para combatir la terrible enfermedad del cáncer. Esperanza Diz Pintado falleció a los 86 años en plena Semana Santa zamorana, que nunca se perdía. Sus restos reposan en el cementerio de San Atilano de una Zamora de donde procedía la familia, aunque hizo carrera, como muchos otros, en otros puntos de España.

Esperanza Diz Pintado fue profesora de Derecho de la Universidad de Salamanca y ya jubilada decidió afrontar con su propio patrimonio un premio de investigación del cáncer denominado Manuel y Alfonso Diz Pintado, sus hermanos. "Murieron de cáncer, uno de ellos de leucemia y el otro de melanoma, y es una pena que después de las vidas que salvaron ellos con las suyas no pudieran hacer nada. Este ha sido el motivo de dar una aportación para crear los premios, porque lo que menos vale es el dinero, lo más importante es lo que hacen estos investigadores", decía Esperanza en 2012, minutos antes de entregar el primero de los premios al investigador catalán Manuel Esteller.

El proyecto sigue adelante, en manos de la Fundación Doctores Diz Pintado Manuel y Alfonso para la investigación del cáncer, creada por la mecenas, a quien dedican misas los días 7, 8 y 9 de abril a las 19,00 horas en la iglesia de San Ildefonso.

Manuel Diz Pintado fue teniente coronel médico y trabajó en el Hospital Militar "Gómez Ulla" de Madrid, además de ejercer su actividad en otros centros sanitarios, como el privado Hospital de Madrid. Fallecido en el año 2000, formó parte de distintos comités científicos y tuvo una gran actividad como conferenciante. El general de división médico Juan Manuel Montero Vázquez, inspector general de la Defensa destacó la vinculación de Manuel Diz con el mundo de la inmunología y el trasplante en Europa. Puso en marcha el primer riñón artificial en el Hospital "Gómez Ulla" y el primer trasplante renal.

El currículum de su hermano Manuel es bastante similar, aunque su graduación era la de coronel médico. Prestó servicios asimismo en el Hospital Militar "Gómez Ulla" y en el mencionado centro sanitario privado madrileño.

Esperanza fue profesora de Derecho en la Universidad de Salamanca, y de ahí su vinculación con la institución académica, una de las razones que le hicieron decantarse por el Instituto del Cáncer como destino idóneo para encauzar un dinero destinado a la investigación. Eso sí, siempre quiso mantenerse en un segundo plano, sin restar protagonismo a sus hermanos y sobre todo el objeto de su mecenazgo.