Debía estar localizado en su domicilio, es decir, sin salir de casa, durante cuatro días por condena judicial, una pena mínima impuesta por un juzgado como autor de un hurto. Cuando la Policía Nacional fue a comprobar si estaba cumpliendo la pena, se encontró con que el hombre, con otras causas pendientes de juzgar, no se hallaba en su domicilio, por lo que fue denunciando por incumplimiento de condena. La magistrada del Juzgado de lo Penal le condenó a cuatro meses de prisión por este último delito, pena con la que se conformó, tras mostrar su arrepentimiento. El hombre acudió al juicio desde la macroprisión de Topas, donde se encuentra en prisión preventiva.