"Esto es algo que molesta a todo el mundo, no se trata de un problema que solo exista en Zamora". El pintor Manuel Esteban Lamas ha iniciado una campaña personal contra las pintadas en la capital y para ello ha comenzado por adecentar la puerta sur de la iglesia de San Ildefonso, repleta de grafitis desde hace tiempo.

De este modo, ayer por la tarde un profesional se encargaba de cubrir esas pintadas con un color uniforme que eliminaba todo rastro de vandalismo. De momento, aunque el promotor de esta idea espera que sea para largo. Para ello ha optado por estampar su firma tras revestir la puerta. "Normalmente los chicos respetan las pinturas si estas llevan la firma", augura.

De todas maneras, si los vándalos quisieran volver a hacer de las suyas, el pintor que ha contratado Esteban Lamas ya tiene la orden de volver a cubrirlas con más pintura. "Sería un trabajo sencillo y rápido", apunta.

El camino hasta este desenlace ha sido largo. Como él mismo relata, se ha reunido con la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Zamora y con el Obispado para presentar esta solicitud, con buen resultado. "Desde el Obispado me remitieron al sacerdote de la iglesia de San Ildefonso para que hablara con él y le explique que yo correría con todos los gastos", recuerda. "Un edificio histórico y parte del patrimonio de Zamora no puede estar tan abandonado", denuncia el pintor, que, aunque natural de la ciudad, reside desde hace tiempo en El Escorial. "El pasado año vi a unos trabajadores municipales cerca de la iglesia y les comenté que podían acercarse a pintar esa puerta, pero no hicieron caso", recuerda.

La cercanía de la Semana Santa ha sido el motor para acelerar el proceso "ya que son unos días en los que la ciudad recibe mayor número de visitantes y esta clase de pintadas, más en el casco antiguo, afean mucho el aspecto de la zona y la imagen que los turistas se llevan de ella", razona. "Yo corro con todos los gastos de manera totalmente altruista, porque si no, veo que no se iba a hacer nada. Pero ante todo necesitaba que se me autorizara a ello", justifica.

"Con esto no solo pretende "salvar" la puerta de esta iglesia "sino iniciar una campaña que mueva la conciencia de la gente para que empiece a hacer algo", apunta el pintor. Según su experiencia, "si una zona aparece con una pequeña pintada y se borra, no se acercan más allí. Pero, sin embargo, si se deja pasar, esta se llenará de más y más grafitis". Por eso, apuesta por que los vecinos que tengan cerca de sus casas algo parecido "cuiden la zona y limpien ellos mismos esas pequeñas pinturas, porque no cuesta tanto trabajo. Así, entre todos, lograremos que los muros de la ciudad estén siempre limpios, incluso hablando con los propios grafiteros para que echen una mano".

Con este proyecto personal, que implicaría a toda la población, su objetivo es "que Zamora sea conocida como la ciudad más limpia de España".