EspañaDuero ha puesto en venta la histórica sede de Caja Duero en la calle Santa Clara, un edificio que forma parte de la Ruta Europea del Modernismo y es uno de los máximos exponentes de este estilo en la ciudad. La operación tiene su contexto a nivel nacional, pues la entidad busca también comprador para otros ocho edificios emblemáticos repartidos por Castilla y León y Madrid. Aparte del zamorano, se venden dos edificios de la entidad en León, uno en Soria y cuatro en Madrid (entre ellos la sede social en Marqués de Villamagna).

Fuentes de la entidad se limitan a confirmar la información, publicada por el diario El Mundo, y se niegan a dar más detalles del proceso -cómo se va a realizar la venta, por ejemplo- por ser "información reservada". Eso sí, las mismas fuentes aseguran que se trata de una "práctica habitual" en el sector bancario enfocada a "rentabilizar activos" inmobiliarios que en este momento no se usan o no tienen la actividad deseada.

El edificio que ahora sale a la venta no es precisamente un bloque "cualquiera". El inmueble data del año 1907 y es obra del arquitecto Gregorio Pérez Arribas. Aunque la edificación estaba en principio pensada para albergar viviendas fue el Banco de España quien lo alquiló para instalar allí sus oficinas de Zamora, pasando el edificio a ser de su propiedad en el año 1929. Ya entonces se llevó a cabo la primera rehabilitación, obra del arquitecto José Yarnoz para adecuarlo a las necesidades que tenía la entidad que le daba uso. Estas necesidades se quedaron cortas años más tarde y el Banco de España planteó derribar el edificio para volverlo a levantar, ya con otras características. La Dirección General de Patrimonio Artístico paralizó el derribo, "obligando" al Banco de España a trasladar sus actividades al entonces nuevo edificio en Cristo Rey (futura sede de la Policía Municipal).

El edificio es posteriormente adquirido por Caja Salamanca -por subasta, en 131 millones de pesetas en 1987-, después Caja Duero, que tiene la intención de rehabilitarlo para instalar ahí sus oficinas en la capital. Esta obra, que empieza el 1989 y acaba en 1991, es capitaneada por el arquitecto Francisco Somoza. Las instalaciones y dependencias del inmueble no se adaptaban a los requisitos de la época, pero se respetó todo lo posible. Caja Duero empieza a funcionar en la "Casa de Valentín Guerra", como se conoce al inmueble, a finales de 1990 y ocupa las instalaciones hasta 2011. La causa es la fusión con Caja España y la explicación se limitó a "motivos de operatividad, racionalidad de sedes y eficiencia". Los empleados que allí trabajaban se trasladaron a la sede central de Caja España, a unos metros de distancia, también en Santa Clara y operativa actualmente.

La transformación que entonces vivió el edificio fue integral. Se le dotó de un gran patio de operaciones aprovechando los aspectos más significativos de la construcción antigua. Hubo que realizar algunas pequeñas modificaciones en la fachada, pero se respetó lo esencial. En resumen, se conservó lo mejor del edificio y se cambió aquello a lo que obligaba el uso que se le iba a dar -como transformar una tipología residencial en una de oficinas-. A día de hoy el edificio cuenta con la protección que le da su valor patrimonial y habrá que esperar para conocer su nuevo dueño y el uso que tendrá.