Cuatro personas han sido puestas a disposición de la Fiscalía de Menores de Huesca por su implicación en el atropello que el viernes acabó con la vida del agente de la Guardia Civil José Antonio Pérez Pérez, zamorano de 54 años afincado en Barbastro, donde ocurrió el suceso, según informa la agencia Efe. Es el resultado de las investigaciones de la Guardia Civil de Huesca, tras visualizar las cámaras de seguridad y tomar declaración a todos los testigos en el lugar de los hechos.

El suceso ocurrió la tarde del viernes, cuando los dos agentes que estaban apostados en una rotonda para realizar un control rutinario de alcoholemia dieron el alto a un vehículo, modelo Opel Astra, de color blanco. En un primer momento, el conductor se detuvo ante las señales de los guardias civiles pero, cuando el zamorano se acercó al coche para ofrecer el etilómetro al joven, el conductor atrapó los brazos de zamorano con el volante y aceleró súbitamente.

Según declaraciones de los testigos, el atropello "fue brutal y premeditado". El informe de la Guardia Civil describió que en la fuga el vehículo arrastró al compañero 460 metros, mientras se incorporaba a la N-240, sentido Huesca. El coche chocó después lateralmente contra la bionda derecha, lo que provocó el reventón de una rueda y que el vehículo saliese en dirección a quienes circulaban en sentido contrario, por lo que terminó chocando contra un Audi Q-7. El cuerpo del agente quedó tendido en el asfalto, sin que la asistencia médica que acudió al lugar pudiera hacer nada por salvar su vida.

Tras el impacto, los cuatro ocupantes del Opel Astra -el conductor, de 17 años, un acompañante de 14 y dos chicas de 17 y 14 años- salieron huyendo. Cuando se le pudo hacer el test de consumo de drogas al conductor, dio resultado positivo.

La capilla ardiente del agente se instaló ayer por la tarde en el Ayuntamiento de Barbastro y el funeral tendrá lugar hoy en la catedral. Después, los restos del guardia civil serán trasladados a Zamora, donde finalmente recibirá sepultura.