Una visión mucho más humana de santa Teresa de Jesús ofrece el montaje "La santa enamorada" que está ensayando La Tijera, formación que la próxima semana encara su estreno en el Teatro Principal.

Sobre un texto en verso escrito por el dramaturgo zamorano Daniel Pérez están trabajando intensamente 15 integrantes del grupo teatral desde hace varios meses. "La idea surgió en un café con el autor y cuando me pasó el texto y lo leí, supe que quería representarlo porque no es una obra al uso", especifica el director de La Tijera, Indalecio Álvarez Campano. El veterano intérprete, que en la obra se transforma en un fraile dominico, atestigua que Daniel Pérez ha asistido a varios ensayos. "Nos ha ayudado, pues hemos quitado y variado texto e incluso nos ha aportado sugerencias", precisa el director.

La obra se estrenará en horario matinal para escolares el próximo martes y el jueves, día 10, para todos los públicos, lo que ha condicionado el reparto de papeles. "Somos un grupo de aficionados y la gente tiene que trabajar por las mañanas, por lo que a la hora de distribuir los personajes hemos tenido que tener en cuenta la disponibilidad de los actores". Entre los intérpretes que se subirá al Principal figura Verónica Calvo que dará vida a Teresa niña y adulta. "La obra humaniza a la santa y, sobre todo, da a conocer a la mujer", dice al tiempo que añade: "La preparación del papel ha sido complicado, pero me está llenando mucho".

La propuesta está sustentada en "cuadros" que abordan distintos momentos de la vida de la religiosa abulense, lo que ha supuesto una dificultad a la hora de poner en escena el libreto en verso. Los distintos espacios en que se desarrolla la historia los han engarzado mediante "variaciones de la luz y de la música", concreta Campano que enumera que la santa andariega aparece en un bosque hablando con su hermano, con su padre o bien en varios conventos.

El montaje, además, cuenta con un plus añadido, vestuario carmelita original. Y es que las religiosas de la orden descalza de Toro les han facilitado hábitos y lo mismo han hecho sus compañeras asentadas en Valladolid y los frailes de un convento vallisoletano. "Les estamos tremendamente agradecidos porque son ropajes que ya no usan y dan mayor verosimilitud al montaje", apuntan desde La Tijera.