La última ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, la gallega Ledicia Costas, apostó ayer por la lectura entre los pequeños para crear mentes críticas, y subrayó que nuevas tecnologías y libros son dos mundos "totalmente compatibles". La joven participó en el ciclo CulturAlcampus con su obra "Escarlatina, la cocinera cadáver".

-¿Considera importantes los encuentros con los lectores, como el que le ha traído a Zamora?

-Me parecen imprescindibles y valoro mucho la oportunidad de poder tener un encuentro con los lectores y las lectoras para compartir opiniones. Me gusta, porque es completamente distinto a la comunicación que surge desde las páginas de mis libros. Es un contacto a otro nivel que valoro mucho.

-¿Es más complicado el público juvenil en este tipo de encuentros?

-Los lectores cambian mucho según la franja de edad. Hasta 6º de Primaria hablan mucho, se comunican y hasta incluso te critican; son muy divertidos. El salto a ESO es sustancial y a partir de los 13 años les cuesta más soltarse, soy yo la que más hablo. Superada la barrera de los 18, otra vez se vuelve a establecer esa comunicación más intensa.

-¿Es cierto lo de que las nuevas tecnologías restan interés por la lectura a esas edades o no hay de qué preocuparse?

-Creo que los libros pueden convivir perfectamente en otro tipo de tecnologías, como Internet y ordenadores. Esa convivencia es posible. Además, creo que leen más los jóvenes que los adultos, estoy completamente convencida, porque a medida que se van cumpliendo años las obligaciones o el ritmo de vida te aparta un poco de la lectura. A medida que se cumplen años se pierden buenos hábitos; allí es donde hay que ponerse las pilas.

-¿Cómo se puede enganchar a la lectura a los jóvenes que aún no han descubierto el mundo que se abre ante ellos?

-Ahí es fundamental la labor de los padres para que no vean al libro como un objeto extraño. Los niños leen por imitación y si tú ves en casa que tus padres leen y que los libros forman partes de sus vidas, también van a formar parte de la tuya. Con los jóvenes creo que la clave es sugerirles lecturas que no los abrumen, con las que puedan disfrutar, emocionarse, divertirse y descubrir un mundo paralelo, que al final es de lo que se trata.

-¿Eso puede sentar las bases para unos lectores maduros?

-Desde luego, me parece imprescindible. Como escritora también defiendo que la literatura es una herramienta para fomentar la capacidad crítica de los lectores.

-Cuando creó el personaje de Escarlatina, ¿se planteó si la muerte era un tema apto para un público infantil y juvenil, teniendo en cuenta el sobreproteccionismo que gira en torno a este asunto?

-Es algo que me planteé desde el primer momento. La muerte es un tema muy complicado a la hora de tratar con los chavales,; cuando se muere un ser querido no se les cuenta. Me parece muy importante romper ese tabú y aunque sabía que era arriesgado y me podía pegar un batacazo tremendo, para mí la "escrita", como decimos en Galicia, el acto de escribir, es un acto de libertad y valentía. Por eso me decidí e hilando todo por medio del humor macabro me parecía que podía funcionar, tratando la muerte de una manera desenfadada y quitándole así ese peso tan dramático que tiene.

-¿Se ve de manera diferente la muerte al ser gallega, con esa tradición que les acerca a ella de otra manera que en otras culturas?

-En Galicia tenemos una larga tradición, tanto gastronómica como de la muerte, el mundo de las ánimas y todo lo que rodea a esta infraestructura. Estoy convencida de que eso me facilitó las cosas.

-¿Qué ha supuesto en su carrera el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil?

-Es un terremoto, se te mueven los cimientos bajo los pies y te cambia la vida. Probablemente si no tuviera este premio no habría venido a Zamora ni tendría la oportunidad de hablar en la Escuela de Magisterio. Se te abren puertas y oportunidades que son fantásticas. Por ejemplo, en mayo me voy a Nueva York con el Instituto Cervantes. Es un caos, porque desde principios de octubre no he parado, no sé ni en qué día vivo, pero es una experiencia muy intensa y bonita.

-También cuenta con el Premio Lazarillo 2015, ¿cuándo se podrá leer esta obra premiada?

-De "Jules Verne y la vida secreta de las mujeres planta" se está ultimando la traducción. En mayo ya estará en las librerías en gallego y en septiembre en castellano, de la mano de Anaya.

-¿Cómo se siente más a gusto, escribiendo en gallego o en castellano?

-Yo escribo en gallego, lo que pasa es que ahora me está tocando traducirme al castellano, pero escribo en mi idioma natural, es en el que siento, pienso y me comunico.

-¿Hace usted misma sus traducciones?

-Me está tocando, y la verdad es que estoy aprendiendo muchas cosas. La parte más técnica me cuesta mucho esfuerzo, pero ahora voy pillando más el ritmo y aprendiendo trucos, por lo que me resulta algo más fácil.