Las enfermeras están desarrollando su trabajo con inseguridad jurídica, ya que de seguir haciendo las cosas igual que hasta ahora pueden estar cometiendo ilegalidades, por las restricciones que introduce el real decreto de prescripción de medicamentos, que pone en manos de los médicos en exclusiva el manejo de los fármacos. Así lo denunciaron ayer los presidentes provincial y autonómico del Colegio de Enfermería, respectivamente Andrés Pérez Santamaría y Alfredo Escaja y las presidentas provincial y autonómica del sindicato Satse, Silvia Sáez y María Ballesteros, en un acto celebrado en el hospital Virgen de la Concha para dar orientaciones a las profesionales sobre cómo actuar en estos casos.

Ballesteros y Sáez pidieron a la Gerencia Regional de Salud que saque unas instrucciones claras y por escrito sobre cómo deben actuar las enfermeras, para que éstas sepan a qué atenerse. En Zamora, indicó Ballesteros sólo hay instrucciones verbales del gerente para que se actúe como siempre, sin tener en cuenta que el Real Decreto de prescripción de fármacos ha entrado en vigor y las enfermeras podrían verse en problemas.

Escaja cuenta que el Real Decreto estaba pactado con los colegios de médicos y enfermería, pero se cambió un día antes de su aprobación. "Ante un problema de salud el médico hace el diagnóstico y pone el tratamiento. Pero hay situaciones que son diagnósticos enfermeros y su tratamiento". Por ejemplo, las úlceras por presión de los pacientes encamados. "Para ponerle una pomada necesitamos un médico que la prescriba. Nosotros no queremos invadir las competencias de los médicos". El problema, para Escaja es que "los médicos tienen el poder de recetar, de generar gasto con el bolígrafo y no quieren que las enfermeras cojan un poquito de ese poder que tiene el médico en el sistema sanitario público. Esa es la batalla".