¿Los hijos de mujeres maltratadas deben considerarse víctimas directas? "Sí, somos víctimas y en primera persona. Un niño no tiene que ser testigo de acciones así", del maltrato a su madre, ni sufrirlo directamente. La joven zamorana María se refiere a las agresiones machistas, físicas y psicológicas, que sufrieron ella y sus hermanos por parte de su padre maltratador, tan víctimas como la madre.

Hace dos años que dejó de visitar a su padre. Tras la denuncia de su madre por violencia de género y la ruptura animada por ella y sus hermanos, el maltratador nunca ha dejado de tratarle y mirarle desafiante, "como diciendo "me las vas a pagar de alguna manera", por eso decidí no volver a verle". Alejada vive más tranquila, aunque "siempre con miedo a que aparezca, no sabemos dónde está, pero él sabe dónde vivimos".

Ana, la otra joven zamorana que ofrece su testimonio, critica duramente "la falta de empatía en grandes cantidades en los jueces y abogados", partidaria de que si se mantienen las visitas a los hijos de los padres procesados por maltrato o condenados "se hagan bajo vigilancia, en el punto de encuentro". Ambas creen que los jueces deben escuchar más a los hijos, especialmente cuando son menores de edad o niños. La influencia de los padres maltratadores es absoluta, "te hablan mal de la madre, le echan la culpa de lo que ha sucedido" y, cuando aún son menores, les desestabilizan, "mi hermano vuelve de las visitas agresivo, usando el vocabulario que él usa, es muy difícil calmarle".

Dura con la Administración de Justicia -que impuso al maltratador de su madre una orden de alejamiento a menos de 100 metros y durante poco tiempo-, Ana cree que "tendría que avanzar" ser más precisa en la protección a los hijos de mujeres maltratadas, "dejar de andar cambiando" y hacer especial hincapié en la enseñanza, formar a la gente para que haya más empatía hacia estos casos y proteger no solo a la mujer, sino a los hijos".

El Gobierno debe también incidir en la sanidad para ofrecer medios que les ayuden a superar el trauma sufrido, añade. La violencia de género "no es un logotipo solo, cada vez vemos más venganzas hacia los hijos", el asesinato o las agresiones. Las dos jóvenes, como tantos hijos víctimas de violencia de género, están amenazadas de muerte por el maltratador de sus madres, "porque saben que una madre hará lo que sea para proteger a sus hijos", "es con lo que pueden hacer más daño", coinciden en señalar.

Ayuda psicológica

Ellas, como sus madres, han necesitado ayuda psicológica para continuar. María acude a un grupo de terapia de hijos de mujeres víctimas de maltrato, donde, por fin, ha podido contar sus sentimientos, lo que ha vivido. A las amigas nunca les dijo nada, "me avergonzaba. La terapia me ha ayudado a liberarme", allí se siente comprendida, "la gente que no lo ha vivido siempre va a juzgarte, a decir "¿cómo no te has ido antes?". Existe mucho machismo y falta educación".

La Ley contra la Violencia de Género aún no se ha reformado para reconocer a los hijos como víctimas directas, si bien el Tribunal Supremo en diciembre de 2015 estableció que un juez puede retirar el régimen de visitas a un condenado por este delito o por maltratar a otro hijo, posibilidad que ya contempla la Ley aprobada por el Parlamento bajo el mandato del PSOE con José Luis Rodríguez Zapatero en 2004. La Ley de Infancia y Adolescencia, acordada en agosto pasado con el Gobierno del PP de Mariano Rajoy, les reconoce como tal, aunque deja a criterio del juez la conveniencia de que el condenado pueda visitar a sus vástagos. María y Ana piden más contundencia cuando hay pruebas.