Con la condena a dos años y tres meses de prisión, el ingreso en la cárcel parece inevitable para el joven conductor que provocó la muerte de una mujer en la Nochevieja de 2011 cuando circulaba a 104 kilómetros por hora y bebido por la avenida Requejo y embistió por detrás el vehículo en el que viajaba la fallecida (que iba a girar para entrar en una calle), un Fiat Marea. El procesado causó lesiones a quien iba al volante de ese turismo y a otras dos personas, al conductor de otro vehículo y a un peatón al que le cayó encima una farola derribada en el accidente.

La Audiencia Provincial de Zamora ha rebajado la pena de cuatro años y cuatro meses de reclusión impuesta por el Juzgado de lo Penal, recurrida por el procesado, de iniciales D.B.N., en parte porque la fallecida y el conductor del turismo que ocupaba no llevaban el cinturón de seguridad, lo que contribuyo a agravar las consecuencias del accidente.

La sentencia del Tribunal provincial, a que se le retira el carné durante siete años, uno menos que los recogidos por la condena inicial, debe cumplirse en menos de un mes, en principio y a expensas de que el condenado presente una solicitud de suspensión de la pena, cuestión que deben ventilar los magistrados.

La Audiencia ratifica en lo sustancial la sentencia del Juzgado de lo Penal, aunque decide bajar la pena porque el que la fallecida no llevara el cinturón pudo contribuir a incrementar el resultado del accidente, si bien el magistrado ponente, Jesús Pérez Serna, subraya que ni la víctima mortal ni el conductor del turismo que ocupaba "cometieron imprudencia penal determinante del siniestro", como alegaba el abogado del joven en su recurso.

En todo caso, se trata de una "infracción administrativa que no son causas concurrentes o convergentes" en el accidente, sino "causas de la agravación del resultado", lo que le sirve para aminorar la pena de dos años y dos meses por el delito de homicidio imprudente que había fijado el Juzgado de lo Penal para dejarlo en un año de prisión.

Por cada uno de los tres delitos de imprudencia grave, en los que resultaron heridas otras tantas personas, tendrá que cumplir tres meses de prisión (nueve en total); y por el de conducción temeraria, a más velocidad de la permitida, bebido y sin respetar las normas de tráfico, otros seis meses más de reclusión. El recurso del procesado solo se estimó a la hora de reducir las penas de cárcel.