La magistrada del Juzgado de lo Penal tendrá que decidir si ingresará o no en prisión el joven acusado de golpear con una botella de vidrio en un ojo a otro, causándole heridas que requirieron atención médica y por las que el Ministerio Fiscal le exige tres años de prisión, por haber usado un medio peligroso en la agresión, y el pago de 6.280 euros. La acusación particular del herido, de iniciales A.L.M., que perdió parcialmente la visión durante un tiempo, eleva a cinco la pena de cárcel para el agresor y vecino de La Hiniesta, y hasta 14.640 euros la indemnización por la lesión que sufrió su cliente el 19 de mayo de 2013 en el baile celebrado en esa localidad.

El imputado, de iniciales J.A., manifestó en su defensa que estaba muy borracho y que reaccionó violentamente cuando vio a su esposa, que estaba embarazada, caer al suelo porque otro joven, D.R., amigo del herido en el ojo y conocido de la mujer, "le golpeó en la barriga", hecho por el que también se sentó ayer en el banquillo de los acusados. La Fiscalía solo reconoce como probado que la mujer sufrió un empujón, lo que sería una falta de lesiones que no conlleva cárcel, sino una multa.

El tercer procesado, A.F., también de La Hiniesta, es un amigo de J.A., cuya actitud hacia las acompañantes de D.R. y de A.L.M. (todos de fuera de esta localidad, que fueron a la fiesta) habría desencadenado el enfrentamiento, según la Fiscalía, que le acusa de una falta de lesiones castigada causada a la amiga del herido grave. Lo cierto es que J.A. admitió ante la magistrada que al ver a su esposa en el suelo fue a por una silla de plástico de las apiladas en el local y golpeó en la cabeza a D.R., a quien la Fiscalía acusa solo de haber "empujado" a la mujer y no de propinarle un puñetazo en la barriga.

El abogado de J.A. solicitó la absolución, alegando que nadie vio a su defendido con una botella en la mano y que había otra "pelea multitudinaria", "otro barullo", en el local donde se celebraba la fiesta, en la que pudo haber sufrido la herida en ojo. El médico que atendió al herido llegó a indicar, a preguntas de este abogado, que las lesiones pudieron ser consecuencia del impacto de una botella, de un vaso o de un puñetazo, en ningún caso con un cristal porque "le habría llevado el ojo por delante".

Este letrado incidió en la declaración del encargado de la barra de bar instalada en el local de la Hiniesta, quien aseguró no haber encontrado restos de sangre en el suelo cuando al día siguiente limpió el espacio, una versión que contrasta con el abundante sangrado que describieron tanto el herido grave como su amiga, quienes salieron del baile para ir al hospital.

El abogado de D.R. y de A.L.M. insistió en que "no hubo pelea" entre el primero y el marido de la mujer embarazada, como demuestra que J.A. no sufriera ningún daño, quien a su juicio tuvo una reacción "desproporcionada" hacia D.R. al "romperle la silla en la cabeza", y "se puso agresivo y luego lanzó el botellín" contra su otro cliente, con el que actuó "de forma visceral". El letrado, que afirmó que "no hubo agresión hacia" la embarazada, hizo especial hincapié en "la intencionalidad de lanzar la botella a la cabeza, la peligrosidad del objeto" usó para agredir a A.L.M. y exigió que J.A. no pueda aproximarse a menos de 200 metros a D.R. en dos años.