De chorizo, de jamón de York, de salchichón y hasta de tortilla de patata. Aunque lo de menos era el contenido del bocadillo, sino la razón por la que cada uno de los 4.000 zamoranos compró el suyo. Un año más niños y mayores se lanzaron a la calle para colaborar con una de las iniciativas más conocidas de Manos Unidas, la del Bocata Solidario, que mueve a decenas de voluntarios que desde primera hora de la mañana se ponen manos a la obra para elaborar todos los bocadillos que más tarde se venderán en la caseta ubicada en la plaza de Castilla y León. Una plaza que se llenó de improvisados comensales llenos de solidaridad.

La intermitente lluvia no frenó las ganas de los ciudadanos de aportar su granito de arena a la gran labor que hace esta ONG en los países más necesitados, por lo que la presidenta de Manos Unidas en Zamora, Pilar Gutiérrez, agradeció de manera todavía más especial "cómo se han volcado todos los zamoranos con esta iniciativa, teniendo en cuenta el mal tiempo".

Bajo el lema "Plántale cara al hambre: siempre", de la actual campaña, se hizo una pausa en el reparto de bocadillos para escuchar el manifiesto de Manos Unidas, en el que se recordó que "a pesar de todos los esfuerzos" todavía hay 800 millones de personas que siguen pasando hambre en el mundo.

Mientras la gente disfrutaba de su singular comida, el grupo de Coros y Danzas de doña Urraca amenizó la jornada solidaria con sus bailes tradicionales.