Vecinos del bloque blanco de viviendas situado junto a la vía del ferrocarril que alberga los portales números 2, 4 y 6 de la calle Huerta de Arenales han alzado su voz por las molestias que produce en sus viviendas el paso de los trenes por el cambiador de ancho, que ayer entró en servicio para los doce servicios comerciales diarios (seis en cada sentido) entre Madrid y Galicia.

Los vecinos habían sentido ya los ruidos que produce el cambiador durante el periodo de pruebas y ahora, con el paso de los trenes comerciales, se ha confirmado que el paso de cada tren provoca serias molestias en los inmuebles.

Así lo relata un vecino del sexto piso: "Cuando el tren llega al cambiador pega un leñazo que se mueven las lámparas del techo. Y dicen que pasa a veinte por hora, pues pega un trompazo que no veas".

Según parece las pruebas del cambiador se han venido desarrollando durante las últimas semanas, aunque muchas de estas maniobras no provocan prácticamente molestias. "Andan probando con un tren que, cuando llega al cambiador, se para. Ese no hace ruido, porque va a 5 por hora. Pero cuando ha pasado el de verdad hacia Galicia el ruido es terrible".

Los vecinos aseguran que no se van a quedar quietos y al menos van a intentar que su voz se oiga para que se solucione el problema que se plantea con ésta y otras molestias que las obras del AVE están provocando en sus hogares. "Se mueve lámparas, armarios, todo. Y eso yo que vivo en el sexto, en los pisos bajos supongo que parecerá un terremoto", relata este vecino de Huerta de Arenales.

El cambiador de ancho de vía es la infraestructura que permite a los trenes que llegan desde Madrid por la vía de alta velocidad, que es de ancho internacional, proseguir viaje hacia Galicia por la vía convencional, que es más ancha, tiene más separación entre raíles. El mismo cambiador funciona en servicio inverso, de tal forma que los trenes procedentes de Galicia por la vía convencional pueden entrar en la vía tipo AVE.

El cambiador de ancho de Zamora es de los conocidos como tipo Talgo, es decir, solo sirven para los trenes de esa familia, como es el caso del Alvia híbrido que cubre el servicio entre la capital de España y la provincias gallegas.