Un hombre condenado por violencia de género a mantenerse alejado de su expareja hasta el año 2020, por lo que lleva un dispositivo GPS para mantenerle localizado, la denominada "pulsera", se enfrenta a un año de prisión por incumplir la sentencia. El hombre se aproximó a menos de 500 metros a la víctima, una mujer zamorana con la que tiene dos hijos, precisamente cuando salía de visitar a sus dos pequeños en el punto de encuentro de la capital, el 17 de enero de 2015.

El dispositivo dio la alarma en cuanto el acusado se acercó a la mujer, lo motivó la intervención de la Policía Nacional.

En el juicio celebrado ayer manifestó que el GPS falla y pita sin que se lo llegue a quitar. Se trata de una medida de seguridad que le mantiene localizado en todo momento, del que no puede desprenderse por ningún motivo, al objeto de controlar todos sus movimientos y preservar la seguridad de su expareja, a la que el Juzgado a reconocido por sentencia como víctima de violencia de género. En ese momento cuando el dispositivo dio la alarma. El Juzgado de lo Penal deberá ahora determinar si le condena.