Futuro médico -está estudiando 5º de carrera en la Universidad de Valladolid- el cineasta zamorano Jorge Blanco Vilches reconoce que este documental le ha "descubierto" una nueva faceta de la tierra de sus antepasados, que conoce desde niño.

-Una vez con el documental en sus manos, después de tres años de trabajo y echando la vista atrás, ¿qué es lo más le ha costado de este proyecto?

-Sin duda, ha sido el montaje, por las horas de material que he grabado, que han sido más de cuarenta. Y de ahí ha habido que sacar una hora y veinte minutos de metraje. Es lo que más me ha costado, tres meses intensivos de trabajo. Es verdad que tardé casi tres años en grabarlo todo, pero con muchos tiempos entre medias, dejando pasar los meses entre unas sesiones de grabación y otras.

-¿Que ha aprendido de la experiencia, teniendo en cuenta que ya era un enamorado de Sayago por su vinculación familiar?

-Sobre todo me ha sorprendido que en Sayago cuando buscas, encuentras. Hay mucha vida en esta comarca. Yo nunca me había movido tanto por aquí ni había visto tantas cosas. Y cuando lo he hecho para buscar material para mi documental, lo he encontrado. Todo está ahí, pero como agazapado, esperando a ser encontrado.

-¿Ha encontrado personas especiales durante el proceso?

-La gente allí es muy especial, todavía hay muchos que trabajan en el campo mucho. Incluso encontramos a la única persona que trilla todavía en todo Sayago. Los vecinos además fueron muy amables, no les ha importado para nada que los grabemos. Todo ha sido muy natural y además siempre dispuestos a ayudar. Es gente de pueblo de toda la vida, pero muy abierta. Lo cierto es tengo que confesar que yo tenía una idea preconcebida de ellos, que eran personas más cerradas, así que eso también me sorprendió también.

-¿Este proyecto le deja con ganas de seguir en el mundo cinematográfico y ha sido muy agotador?

-Para nada me ha agotado. Al contrario, me deja con ganas de hacer más y más. Necesito aportar creatividad al mundo, es algo que me llena mucho.