El estudioso Rafael Ángel García Lozano acaba de presentar su tesis doctoral titulada "La arquitectura religiosa en Zamora 1936-1975", centrada en el estudio de la arquitectura religiosa contemporánea desde la arquitectura, la historia, la historia del arte y la teología, con la que ha logrado la calificación de sobresaliente Cum Laude.

-¿De dónde parte su fascinación por la arquitectura religiosa en ese período tan concreto?

-Nace de mi interés por la arquitectura. Es una temática que me interesa desde hace muchos años. Cuando hice la tesina en Teología quise abordar el tema de manera interdisciplinar. En ese momento lo enfoqué desde la clave teológica y ahora desde el punto de vista de la historia del Arte. Hasta ahora se habían analizado las mejores arquitecturas religiosas que dieron lugar a la renovación de la civil. En esta investigación quería un cambio de perspectiva, quería analizar cómo la arquitectura religiosa cotidiana, que no está en los libros, recoge este proceso de cambio, con dos codirectores Luis Vasallo Toranzo y Esteban Fernández-Cobián en la Universidad de Valladolid. Además una de las finalidades de mi trabajo es dar a conocer cómo está hecha esta arquitectura para que nos ayude a saber cómo intervenir en ella, pues existe un gran desconocimiento. La arquitectura civil y religiosa del franquismo, de la segunda mitad del XX, es total y absolutamente desconocida.

-¿Por qué?

-Porque es de un período cercano y porque el románico ha absolutizado todo. En Zamora hay más que románico. Además el material, el ladrillo, es del que están hechas muchas viviendas. Se trata de una arquitectura muy doméstica y creo que no hemos entendido su valor. Además, tenemos un problema con el románico porque quitando el nombre de los templos, la gente no sabe más.

-¿Cómo se encuentra la Zamora que estudia?

-La provincia de Zamora en parte de ese período llegó a contar con cinco diócesis. Con el Concordato del año 1953 una de las consecuencias es reajustar las diócesis a las provincias, con lo cual hasta 1955, que es la división, además de Zamora y de Astorga, León, Orense y Oviedo tenían enclaves en la provincia zamorana lo que ha enriquecido mucho el trabajo.

-¿Se perciben distintas manera de construir según las diócesis?

-León, Orense y Oviedo solo estuvieron en un período de postguerra, economía precaria y autarquía donde no se construye. En Villalpando, que como toda Tierra de Campos perteneció a la diócesis de León, se proyectó hacer una iglesia que quedó en nada. Con la preponderancia de Astorga y de Zamora se ve que sigue el mismo ritmo que en resto de España. Hasta mediados de los 50, la arquitectura reproducía los modelos del pasado. A partir de ese momento y hasta casi entrando en los 60, en ambas diócesis se lleva a cabo una nueva arquitectura religiosa. Además, se ve que ante los mismos problemas se dan distintas soluciones.

-Explíquese.

-En Astorga el planteamiento es dar respuesta urgente ante la caída de un patrimonio, casi no se construye, mientras que en Zamora se intenta dar un punto más. En Astorga el sacerdote tiene la autonomía para resolver el problema y lograr fondos, en tanto que en Zamora se trabajaba con arquitectos diocesanos como Enrique Crespo o Alfonso Crespo.

-Usted ha analizado 140 construcciones, ha consultado más de 140 archivos y ha hablado con más de 350 personas relacionadas con esas edificaciones.

-Cada templo está documentado y he consultado planos y anteproyectos para conocer su evolución. Además cuando he podido he estado en su interior para ver si cumplía la finalidad para la que se construyó. He querido vivir el espacio algo que estimo que falta en arquitectura. Además, he hecho 370 entrevistas con artífices, ya sean arquitectos y artistas o bien sus descendientes. Solo dos personas me han puesto pegas. Todo esto me ha permitido también ver las obras con los artistas que han querido. Mi percepción se ha unido a la del artista y del arquitecto.

-¿La arquitectura religiosa zamorana presenta los cambios que hubo en otros lugares?

-Llega tarde, como en casi todos los lugares salvo los centros de poder, pero se va transformando hacia líneas más modernas y hay cambios en los materiales. En la arquitectura religiosa de Zamora, aunque hay obras malas, el global es bastante moderado con algunos ejemplos buenos.

-Una obra significativa corresponde a...

-La Universidad Laboral es el mejor edificio religioso en la provincia de Zamora por el equipo de arquitectos, no solo Luis Moya quien se ha llevado siempre el protagonismo. He descubierto anteproyectos que no se conocían, gracias a su viuda. Es la mejor obra de la época en Zamora y aunque se diga que es una obra franquista, nunca contó con su apoyo explícito. Esta arquitectura refleja una comprensión del hombre. El concepto de trabajo entendido como la capacidad de redimir al hombre, que es lo que es la Universidad Laboral educativamente, está reflejado. Desde las artes aplicadas analizo el espacio celebrativo a partir de los anteproyectos, cómo evoluciona la idea. Desde el punto de vista artístico es importante, pero estaba estudiado, y recalco la importancia urbanística en esa zona de la ciudad. Sin duda es el ejemplo más singular que existe en arquitectura de la provincia del siglo pasado y las pinturas de la iglesia urgen una intervención.

-¿Influyó la Universidad Laboral en otras obras que se hicieron en la provincia?

-Desde el punto de vista del lenguaje arquitectónico no porque aunque se hace el convento de las Claras, dos años después, lo hacen los mismos arquitectos, por lo que creo que es una obra en dos partes. La Universidad Laboral ha sido un referente para los arquitectos locales. No tiene secuelas porque los arquitectos que había eran conscientes de que no podían hacer una obra así.

-En la provincia de los edificios analizados, ¿cuál seleccionaría?

-La iglesia de Pumarejo de Tera, de 1984. Es posterior al período estudiado, pero con la muerte de Franco no desaparece una forma de hacer una arquitectura. Esa obra de Fisac es el punto y final de una época.

-Alrededor de la construcción de este templo levantado por los habitantes del pueblo, ¿existen muchos mitos?

-Sí, porque la de Ferreras de Abajo se hace dos años antes y la realizan los propios habitantes del pueblo. Lo que pasó en Pumarejo no es algo aislado, pero ha tenido repercusión por su arquitecto.

-De los edificios estudiados desde 2009 algunos han desaparecido como la capilla del hospital provincial o la antigua residencia de los Franciscanos. ¿Por qué tenemos que hablar de ellos en pasado?

-Por la ignorancia general de la sociedad y por la soberbia política. En el caso de la obra del hospital era el reto que un gran arquitecto quiere encontrarse y si se quiere integrar se hace, mientras que en el caso de los Franciscanos el objetivo era tener un solar vacío.

-Usted se mostró contrario al derribo de la capilla de Rodríguez Chamorro desde hace varios años. ¿Qué le pareció el movimiento popular que surgió en contra de su desaparición?

-Yo he manifestado mi desacuerdo en los dos casos, pero al moverlo gente a través de las redes sociales se divulgó. Me pareció extraordinario lo que sucedió.

-¿Cuál es el estado de los edificios analizados?

-Por regla general bastante bueno. Como cualquier edificio mientras que se usa se conserva incluso a pesar de que se hicieron con materiales pobres.

-Defiende que las artes aplicadas son parte de la obra religiosa. ¿Son tan desconocidas como los inmuebles?

-Al no conocerse los edificios las obras que albergan tampoco. Además al tratarse en muchas ocasiones de materiales humildes son obras que no tienen un valor material muy importante. En este apartado el ejemplo más significativo en toda la provincia es Cristo Rey. Es la iglesia de zamoranos para zamoranos porque aunque el arquitecto Lucas Espinosa era andaluz, se instaló aquí, e interviene Tomás Parés, que realiza las imágenes laterales y que había hecho una imagen que procesiona en Toro. El resto son artistas zamoranos Luis Quico, Tomás Crespo, cuyo Cristo de dentro es soberbio y que con Quico hace los ángeles de fuera.

-Su amplia investigación doctoral, ¿verá la luz de alguna manera?

-El planteamiento es publicarlo en un volumen. Es un análisis minucioso de cada edificio acompañado de otros materiales como imágenes.

-Habla del papel de Tomás Crespo Rivera en Cristo Rey ¿es un escultor todavía bastante desconocido?

-Tomás Crespo tras haber trabajado en Madrid para el estudio Lamela, uno de los estudio arquitectónico más importantes del momento, regresó a Zamora. Este hombre propone la esculturo-pintura, algo muy novedoso.

-Coomonte ¿es el artista que más relevancia ha tenido en este ámbito fuera de Zamora?

-Sí. José Luis Alonso Coomonte es el artista que más interviene en la renovación de la arquitectura religiosa de España. Ha hecho mucho más fuera, aquí hay obra suya en Cristo Rey o en el convento de las Juanas.

-Hace unos días el Consejo Rector ha designado a este artista benaventano como Barandales de Honor.

-Es un gran artista que tiene una obra muy interesante en la Tercera Caída. En cuanto a la elección de Crespo para el cartel creo que Zamora necesita tener una obra suya porque es un artista desconocido para unas generaciones.

-Museo de Semana Santa ¿ampliación o levantar un nuevo?

-Mi planteamiento es muy ambicioso. Mi propuesta es hacerse con el solar de colegio Gonzalo de Berceo y hacerlo allí por ubicación y por espacio. Ahora no sería viable por el coste económico, pero ese es el mejor lugar.

-Los presidentes de las cofradías de Semana Santa deciden mañana sobre el futuro de museo. ¿La ampliación del existente resolvería el problema?

-No. El problema del museo es que se necesita un proyecto museístico. A veces, por petición de algunas personas, hago visitas al Museo de Semana Santa y ese espacio se concibe y se plantea como un almacén de pasos. Si hacemos un edificio enorme, magnífico, gastando un montón de dinero pero sigue siendo un almacén de pasos, hemos perdido la oportunidad. Tenemos que entender que, se sea creyente o no, es un museo que cuenta un hecho antropológico, religioso y cultural que solo se puede contar desde esta triple perspectiva.