La Tesorería de la Seguridad Social reclama a la empresa Graveras del Magdalena 25.000 euros por las deudas de 2009 y de 2010 que no pudo cobrarse mediante embargo porque la empresa desvió varias fincas al pago de cantidades pendientes del grupo Hermanos Tábara (que meses después entraría en concurso de acreedores) con una entidad de ahorro.

La deuda, que inicialmente ascendía a 92.911 euros, continúa en el aire después de que el Juzgado de lo Penal haya absuelto a los tres administradores de la sociedad, hijos de los hermanos Tábara, del delito de alzamiento de bienes, tras la denuncia de la Tesorería -que con toda probabilidad recurrirá el fallo como es habitual- y de la Fiscalía Provincial, que exigían dos años de prisión para cada uno de los acusados y el abono de los 25.000 euros pendientes.

Durante la vista oral, los tres imputados, de iniciales J.C.T., M.T. y J.T., declararon desconocer los entresijos de la gestión de la empresa, en la que eran hombres de paja, ya que quien hacía y deshacía era el padre de uno de ellos y tío de los otros dos, H.T.L., quien admitió ante la magistrada que "nunca les dije nada" de la deuda con la Seguridad Social y que "yo tomaba las decisiones solo". Adoptó el acuerdo con la entidad financiera para saldar una deuda con la dación en pago de fincas de Graveras sin consultar en julio de 2010, meses después de los impagos a la Tesorería.

Por su parte, H.T.L. manifestó que se personó en la Seguridad Social para justificar que una de las mancomunidades para las que trabajaba Graveras adeudaba 92.000 euros, cantidad "suficiente para hacer frente a su deuda" y que la Tesorería "embargó derechos de cobro en abril de 2010", mes en el que había vuelto para comunicar que la empresa tenía dinero para pagar. Asimismo, había puesto a disposición de la Tesorería "vehículos", indicó. El testigo terminó diciendo que la entidad "me presionaba" para cobrar y que "me amenazaba con mi pensión y mi vivienda", por lo que "les entregué bienes, que creí que eran míos, porque tenía mucho miedo de que me quitaran lo poco que me quedaba", dada la mala situación del holding empresarial de Hermanos Tábara, que entró en concurso en 2010.

Los ahora absueltos aseguraron que obedecían órdenes de H.T.L., verdadero administrador de esa sociedad, y que desconocían los detalles del acuerdo. En el juicio declaró otro de los hermanos Tábara, A.T.L., presidente de otra de las empresas del hólding familiar, que también formaba parte del Consejo de Administración de Graveras y confirmó que H.T.L. era quien gestionaba esta última empresa, aseguró que él "no conocía que hubiera una deuda con la Seguridad Social". Fueron sus otros dos hermanos, H.T.L. y M.T.L., quienes llegaron al acuerdo con la entidad financiera para pagar los préstamos que tenían pendientes, afirmó. Su hijo y sus sobrinos, los administradores, "no tuvieron participación" en la operación, aseveró.

El empresario A.T.L. admitió que su empresa -participada mayoritariamente por él y su mujer y, en un porcentaje muy bajo, por su hijo- votó a favor de la dación en pago a la entidad, una decisión que su vástago no compartía "porque ya habían aportado demasiados bienes y creía que era excesivo" ya.

La Fiscalía sostuvo que en junio de 2010 existe un acta de disposición patrimonial de la Junta General de Graveras, que "firman" los tres acusados, "sabiendo que la Seguridad Social está reclamando", para "evitar que el embargo tuviera posibilidad de llegar a buen fin" y que "deciden por unanimidad que los bienes sean dados en pago a terceras empresas empresas" para salvarlos.