-¿Qué papel tiene la familia para el camino personal?

-Es algo importantísimo. Yo tengo la gran suerte de ser la mayor de once hermanos y nos llevamos fenomenal, incluso con los cuñados. Y eso ha sido porque mis padres, que acaban de cumplir sus bodas de oro, nos han enseñado a aprender a amar en la diversidad, a saber respetar. La familia es la base de una personalidad estable y si se ha tenido una familia estable es mucho más fácil que tengas una personalidad emocionalmente madura. En la familia se te quiere no por lo que tienes, sino porque lo que eres. No tiene que demostrar nada porque es un amor gratuito, la base de la fortaleza emocional de las personas.

-¿Qué ha supuesto ser miembro de una gran familia de emprendedores?

-Mi abuelo José Regojo, de Fermoselle, fue un gran emprendedor como sus hijos, dedicados al mundo empresarial. Pero mi padre no quiso eso para nosotros y solo tengo un hermano empresario. Hay familias que son muy de amarrar todo y si sale un hijo con afán de querer descubrir su pasión es un gran trauma. Pero cuando vienes de una familia de empresarios, actitudes como la altura de miras, la valentía o la generosidad son aspectos que un empresario practica y aplica luego a su vida personal.