Todo un fin de semana encerrada en casa "pero encantada con la experiencia. He podido tener unas vistas espectaculares por la ventana, estofado de ternera receta de mi madre y tiempo para ver esas películas que tienes en la lista desde hace tiempo". Así resume la zamorana Cristina García Casado su experiencia con la tormenta Jonas, el temporal que ha atravesado estos días la costa este de Estados Unidos.

"Esta ha sido la tormenta de nieve y viento más intensa que he vivido. Es una de las cinco peores nevadas de la historia de la ciudad y hasta se llegó a pensar que batiría el récord de 1922, cuando se alcanzaron los 71 centímetros de acumulación", explica la periodista, corresponsal de la agencia Efe en Washington.

En una situación tan excepcional la actualidad mandaba y más si, como la joven zamorana, le tocaba estar de guardia este mismo fin de semana. "Pasé el sábado haciendo crónicas escritas y de radio sobre la tormenta. Estaba muy ambientada, ya que desde el salón se veía una panorámica de la tormenta de nieve y viento a través de los tres ventanales de la casa", describe la periodista.

Los problemas comenzaron el viernes. "Yo vivo en Washington DC, que estuvo ese mismo día en centro de la tormenta. La alcaldesa solicitó a los ciudadanos que nadie saliera de sus casas si no era estrictamente necesario a partir del viernes al mediodía y hasta el domingo por la mañana", apunta García Casado. En este sentido, a muchos trabajadores de la capital se les dio la oportunidad de poder trabajar desde casa, una opción por la que optaron tanto la zamorana como su pareja. "Estuvimos, como se dice aquí, "hunkered down", la expresión que usan los americanos para referirse a buscar refugio por una tormenta", describe la joven.

A pesar de todas las inclemencias, la zamorana reconoce que las autoridades han actuado de una manera excelente. "Se tomaron amplias precauciones y la gente hizo caso. En la ciudad de Washington no hubo ninguna víctima, ni tampoco cortes eléctricos", aplaude.

En este sentido, tampoco ha habido ningún tipo de alarma social por la situación. "El pronóstico de la tormenta se supo desde el inicio de la semana, por lo que la gente comenzó a prepararse desde el jueves, en la víspera. Ese día y el viernes por la mañana se vieron largas filas en los supermercados, con estantes vacíos de plátanos, leche, pan, huevos, champiñones, zanahorias y pizzas congeladas", enumera la periodista.

Como el resto de los ciudadanos, la zamorana ha disfrutado, en la medida de lo posible, de estos días. "Washington no es una ciudad acostumbrada a la nieve y un evento como este, que ocurre como máximo un par de veces al año, se vive con mucha emoción", confiesa. Y además, sin peligro alguno. "Realmente hubo tiempo de sobra para seguir las indicaciones de las autoridades y hacer algo tan sencillo como una compra de varios días y quedarse caliente en casa", describe.

Desde Georgia hasta Connecticut, con una decena de estados en situación de emergencia, parece que Jonas dará en las próximas horas finalmente un respiro a los estadounidenses.