El área de riesgo potencial significativo de inundación más importante es la de Benavente-Órbigo-Esla, con 57,63 kilómetros de riberas con peligro de riada, casi todas ellas en pueblos de Zamora aunque hay alguno también de León. Lo que se ha venido haciendo hasta ahora para minimizar riesgos es la conservación, mantenimiento y restauración de los cauces de los ríos Tuerto, Órbigo, Esla y Eria en varios términos municipales, además de trabajos complementarios y el estudio de regulación adicional de la cuenca en el río Órbigo. En la zona de riesgo Zamora-Esla (Benegiles o desembocadura del Valderaduey, entre otros) la gestión ha consistido en conservación y mantenimiento del cauce del arroyo Salado en Villarrín de Campos. Finalmente en Bajo Duero, que abarca varios términos municipales del sur provincial y el arroyo de Valderrey en la capital ha recibido actuaciones de conservación y mantenimiento de los cauces del río Duero y del arroyo Talanda y sus afluentes en varios términos municipales. Además se ha procedido a la mejora de la ribera y recuperación de márgenes río Duero en Zamora y Fresno de la Rivera, según indica el documento del Plan de Gestión de Riesgos. El documento detalla una serie de actuaciones a llevar a cabo para eliminar riesgos, algunas muy concretas, como la demolición del azud en desuso en el río Eria en Morales del Rey, 75.000 euros que debe sufragar la Confederación Hidrográfica del Duero, lo mismo que los 300.000 del coste de eliminación de un azud de tierras en el río Duero en Toro. Además se establecen una serie de actuaciones generales, coordinadas entre las administraciones, con que deben tender a mejorar la situación de los cauces, además de incrementar el estado de calidad de las aguas.