Con el bagaje que le dan los años de experiencia en la información parlamentaria, Fernando Jáuregui ha realizado un completo recorrido por la política de las últimas décadas en su libro "Historia vivida de España. De Franco a Podemos", que ayer presentó en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. El periodistas analiza la delicada situación política y ofrece sus propias claves para llegar a un gobierno "de reformas y regeneración".

-La política en este país ha evolucionado mucho desde Franco hasta Podemos, pero ¿también la sociedad española?

-Pues he perdido el control, porque el viraje que ha ocurrido en los últimos dos años ha sido espectacular, desde la creación de Podemos hasta la irrupción de un partido catalán, Ciutadans, pasando por la abdicación de un rey o la sustitución de un líder de la oposición. En el aspecto social el viraje ha sido también en muchos aspectos, la gente se está comportando de una manera diferente. Los periodistas nos hemos echado sobre los hombros voluntariamente la pesada tarea de decidir cómo debe ser el mundo e interpretarlo, cuando la verdad es que no nos hemos enterado de la irrupción del 15-M, de la decadencia del bipartidismo, o de que la Constitución hay que reformarla urgentemente, ni de lo que estaba pasando en Cataluña. Hemos sido unos muy malos notarios de la realidad. Deberíamos haber sido analistas y nos hemos quedado en meros voceros.

-¿Era previsible la actual situación política con este descontento social?

-Teníamos que haberlo previsto, pero no nos convenía, como ocurrió con la burbuja inmobiliaria, que nos iba a anegar a todos en las aguas fecales, aunque crecíamos al 4%. Ahora, con 3,5 millones de personas en el paro, un millón de familias sin ingresos y cuatro millones de españoles que viven con menos de mil euros, si no nos damos cuenta de que eso genera tensiones, estamos locos. Lo mejor que nos puede haber ocurrido seguramente ha sido que aparezca un movimiento que canalice ese descontento, en vez de que haya gente en la calle tirando piedras.

-¿Podemos ha llegado en un buen momento?

-Este partido y todos los anejos han sido muy útiles, también como factor de crítica, como lo fue IU en su día o el partido comunista. Pero no constituye un factor de gobierno, todavía está muy lejos y a mí lo que me asusta es la posibilidad de que ese partido, que es muy bueno que haya aparecido, se le quiera dar una responsabilidad de gobierno que quizá ni él mismo quiere.

-¿Albert Rivera es un ídolo caído tras estas elecciones, lejos de lo que vaticinaban las encuestas?

-Ese ídolo caído hace año y medio era el líder de un partido catalán que caía muy bien en Madrid y en este tiempo ha sacado 40 escaños y ha hecho una infraestructura de partido en todo el país. Tiene mucho mérito, al igual que Podemos. Han hecho un partido, le han dado implantación, ha dotado de cierta racionalidad al discurso político y ha servido para cimentar algunas opciones de gobiernos regionales y locales. Con Ciudadanos hay que contar y el relevo de la derecha de este país va a ser la coalición Ciudadanos-PP, no cabe la menor duda, y además dirigido y presidido por Albert Rivera. Él será el nuevo líder del centro derecha.

-¿Por qué ese descontento no ha sido tan visible como en las elecciones municipales?

-En las generales todavía no lo sabemos, a lo mejor resulta que estos nuevos partidos forman gobierno con el PSOE. Los socialistas son los que más votos han perdido, aunque ganó un poder territorial inmenso en las municipales y autonómicas, al contrario del PP. Todo esto debería hacernos reflexionar y meditar sobre el sistema electoral que tenemos, porque está claro que algo aquí no está funcionando. El PP sí ha tenido un castigo severísimo en estas elecciones y deben meditar la razón. El inmovilismo de Rajoy y su distanciamiento de la realidad y de la gente les ha pasado factura, igual que la corrupción.

-¿Se atisba cierto cambio?

-He criticado mucho a Rajoy durante esta legislatura, pero creo que ahora se ha dado cuenta de cómo vienen las cosas y ha hecho un giro de 180 grados, ha abierto las puertas de la Moncloa a todos De inmovilista ha pasado a ser reformista, aunque todavía no sabemos de qué. Al menos ha mostrado una voluntad de pactar una reforma con alguien y eso es importante.

-¿Y qué valoración hace del PSOE?

-Todavía no ha entendido nada. Concretamente Pedro Sánchez tiene tal afán por llegar a la Moncloa que acabará cargándose el partido. Ahora, todos los que creímos hasta el 20D que eran una solución de recambio, vemos que es imposible. O se transforma esa fuerza regeneracionista o vamos mal, porque la verdad es que entre el programa del PSOE y del PP hay menos diferencias que con el de Podemos.

-¿Qué solución se vislumbra ahora para formar nuevo gobierno?

-Yo tengo mi propia solución. Si en la sesión de investidura Mariano Rajoy, en vez de estar tentado de tirar la toalla como lo está, llegase con un programa de gobierno como el programa electoral del PSOE, incluyendo el federalismo, y les ofreciera la vicepresidencia, ofreciendo irse si hiciera falta y construir una presidencia simultánea durante los próximos dos años si no pacta con Podemos, le prestaría los diputados durante dos años para hacer un programa de reformas y de regeneración. Si Rajoy hiciese eso pero Sánchez le dijera que no, evidenciaría que solo quiere llegar a la Moncloa. Esto es una utopía, pero se puede hacer, aunque no creo que Rajoy esté dispuesto a dar ese paso de generosidad y originalidad política ni Sánchez tender esa mano. Seguimos en la misma política encanallada de toda la vida, así que tenemos motivos para ser pesimistas y estar encabronados.

-¿Puede afectar de manera negativa al país esta época de incertidumbre, la visión que se tenga de España desde fuera?

-Dicen que hay 180.000 millones de euros pendientes de inversión directa ahora mismo. Algo hay que hacer para arreglar todo esto.

-¿Cataluña puede aprovechar esta debilidad en el gobierno para sus pretensiones independentistas?

-Nada es casual y si Cataluña ha acelerado ahora es porque nosotros estamos frenando. Lo que no puede ser es que unos señores que no representan ni a la mitad del electorado catalán hayan tomado el control en un auténtico golpe de mano. Han cometido todos los dislates posibles mientras aquí Rajoy cometió el error de no hacer coincidir las elecciones catalanas con las generales. Por eso estamos en un periodo de interinidad que puede durar muchos meses y que además es peligrosísimo: el Parlamento y el Ejecutivo no funcionan, la vida económica está paralizada y también la mediática, con todos como tontos haciendo cábalas absurdas. Esto habrá que achacárselo al señor Rajoy algún día porque se le avisó en su momento.

-¿El papel de columnista y contertulio tiene más peso en estos tiempos?

-Hemos cometido cantidad de dislates en los medios y uno de ellos ha sido generar políticos. Los políticos ahora son productos mediáticos, desde Iglesias hasta Sánchez y Rivera. Aunque criticar esto desde el PP es una injusticia, porque ellos también han salido mucho en las televisiones, aunque le hayan sacado menos jugo. Que yo, como comentarista profesional, tenga que convivir en una tertulia en plano de igualdad con gente que no va a lo mismo que yo, mero analista, es algo que se ha permitido y que creo que no ha sido bueno. Estamos sectarizados totalmente, se nos ve el plumero a todos, y la función del periodista se está perdiendo.