La carencia de un estudio sobre la escultura medieval en la provincia de Zamora impulsó a los historiadores Sergio Pérez Martín y Rubén Fernández Mateos a proponer una investigación sobre la imaginería medieval en Zamora a las becas del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo.

Durante tres años estos investigadores han realizado un exhaustivo trabajo de campo para confeccionar el primer trabajo sobre la imaginería románica y gótica de la provincia que ve ahora la luz ahora como el volumen 43 de la colección Cuadernos de Investigación del Florián de Ocampo con el titulado "La imaginería medieval en Zamora (siglos XII-XVI)".

El amplio volumen, presentado ayer en la Biblioteca Pública del Estado y que será dado a conocer en Benavente durante la Feria del Libro, se estructura en tres bloques temáticos. El primero lo integra la escultura románica, el siguiente la gótica y un tercer apartado lo constituye la imaginería de los momentos finales del gótico y principios del Renacimiento.

"El mayor aporte de la monografía es el de catalogar y sistematizar prácticamente toda la producción de imágenes de entre el siglo XII y principios del XVI", asevera Sergio Pérez Martín, mientras que Rubén Fernández Mateos apunta que el trabajo "palia una laguna que había en el arte zamorano en las imágenes exentas".

El libro, coeditado por el Florián de Ocampo y el Ledo del Pozo, comienza con unos apuntes generales a cada estilo para posteriormente pasar a su correspondiente catálogo. La mayoría de las piezas presentan apoyo gráfico, ya sea una o dos fotografías, y todas cuentan con datos como las medidas, el emplazamiento de la pieza, su cronología o un pequeño comentario.

En el caso de las esculturas románicas "las únicas que hemos localizado en la provincia zamorana corresponden a Cristo crucificado y a la Virgen con el Niño" y presentan "características similares a lo que se estilaba en el reino de León", afirma Pérez.

En cuanto a la producción durante el gótico, el grueso de la investigación, los historiadores han comprobado, tanto en madera como en piedra, una proliferación temática. "Aparecen los calvarios, el Cristo yacente u otras representaciones de Cristo como Cristo juez o Cristo maestro e incluso la propia Virgen aparece con el Niño y formando parte de la Anunciación o el de la Sagrada Familia, en posturas más naturales que en el románico", enumeran los investigadores.

La amplia iconografía de este movimiento artístico ha obligado a que a la hora de catalogar el más de centenar de cristos hayan establecido "unas once y dos no las hemos encontrado en ningún otro tipo regional", testimonia Sergio Pérez.

Los expertos han localizado crucificados donde "el paño de pureza se anuda a la izquierda, cubre hasta las rodillas, pero se abre y curiosamente deja ver una parte de la pantorrilla. Además tienen un estudio anatómico interesante porque proyectan una especie de "s" clavada en la cruz y parece que se están moviendo" como el Cristo del Espíritu Santo, algunos cristos que se conservan en las localidades de Toro y Morales de Toro y Benavente.

Además, han identificado crucificados de finales del XIV y principios XV que se inspiran en los crucifijos góticos "con rostros muy dolientes y anatomía muy demacrada". En este apartado han encuadrado un Cristo de Castroverde de Campos, otro de Revellinos de Campos y uno situado en un retablo en la iglesia de Lourdes de la capital. Por su parte, Rubén Fernández destaca el Cristo yacente que "se da mucho en la capital y que me parece muy interesante puesto que sus orígenes están en Europa, en Alemania especialmente".

En el tercer gran apartado de la publicación los autores dan cabida a varios maestros, puesto que las obras dejan de ser anónimas, como Gil de Ronza o Alejo de Vahía, de quienes seleccionan las obras más significativas; y también incluyen más de una decena de obras flamencas importadas directamente desde Flandes y que llegaron a la provincia "a través de mercados".

De "La imaginería medieval en Zamora (siglos XII-XVI)", que reúne el análisis de casi 200 esculturas, se han editado unos 750 volúmenes que están a la venta en librerías de la capital, Benavente así como en las sedes del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo y del centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo.